Yunuen, Michoacán.- Un ambiente de tranquilidad y aire puro se respira en esta Isla de la ribera del Lago de Pátzcuaro, que además de una vista “increíble” ofrece todas las comodidades para que los turistas y visitantes puedan disfrutar de unos días de descanso en cualquiera de sus cabañas y probar la gastronomía michoacana típica de esa región que se caracteriza por las preparaciones de pescado blanco, charales y los platillos que dieron pie a que la gastronomía mexicana sea considerada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco.
Yunuen, significa media luna, y se trata de un espacio colorido y lleno de vegetación que da tranquilidad al paseante y quienes son “amantes” de la naturaleza podrán encontrar que en esta Isla todo se reúne para una experiencia inolvidable, pues además de lo ya referido, se ubica cerca el “Santuario de las Garzas” que habitan prácticamente todo el año y que también representa un atractivo turístico para quienes la visitan.
A Yunuen, se puede llegar desde el embarcadero de Pátzcuaro o de Ucazanaztacua, también se puede combinar la aventura y trasladarse desde la Isla de La Pacanda en tirolesa, un nuevo atractivo turístico que fue inaugurado este domingo 17 de diciembre y que tendrá una vida útil para hacer más de 20 mil lanzamientos. En este espacio, existe un circuito de dos tirolesas que conectan ambas Islas y que en conjunto cuesta 150 pesos.
Para pasar más de un día en esta Isla, se pueden rentar cabañas, que van desde los 550 pesos para dos personas, dos mil 800 para 16 personas y mil 200 la suite ejecutiva, la que los habitantes de Yunuen nombran como “lunamielera”, es la más amplia, la que mejor vista tiene y cuenta además con una terraza exclusiva desde donde se aprecia la majestuosidad del Lago de Pátzcuaro.
A su alrededor, están las Islas de La Pacanda, la ya famosa Janitzio, que sobresale del resto por ser la que alberga y recibe a la mayor cantidad de turistas y visitantes en el año; y la estatua monumental de Don José María Morelos y Pavón, donde se puede apreciar un mural que narra su vida; la Isla Tecuena, que es la más pequeña de las que están en el Lago de Pátzcuaro; la Isla de Los Urandenes, compuesta por tres más pequeñas conectadas por canales y la Isla de Jarácuaro, donde resalta un Templo antiguo construido en el Siglo XVI.