En cualquier país del mundo el candidato presidencial que pierde por paliza se hace a un lado, por dignidad. No es el caso de Ricardo Anaya. El candidato derrotado del Frente quiere usar al PAN como refugio y seguir en control de esa agrupación, a juzgar por las declaraciones de Damián Zepeda, presidente en funciones del azul. Pero también por el video donde el exjoven maravilla advierte que panistas “sin principios”, les quieren arrebatar “a la mala” el partido.
Sin embargo, no le va a ser fácil conservar el control del PAN.
“Los gobernadores le van a poner un alto a Ricardo”, nos adelantó, tajante, el senador Jorge Lavalle, recién expulsado del PAN, al hablar de lo que se viene después de la debacle electoral —la peor en 40 años— que se vive en el partido que fundó Manuel Gómez Morín. Y es que el porcentaje de votos que sacó Anayaen la elección presidencial fue peor al de Josefina Vázquez Mota; menor al de Diego Fernández de Cevallos. Desde luego, inferior al de Vicente Fox y al de Felipe Calderón.
“Tenemos el menor número de senadores desde el 94”, subrayó, por separado, Ernesto Cordero, otro “expulsado” del PAN de Anaya. No se equivoca Lavalle al decir que los gobernadores pronto van a poner quieto a Anaya. Seis de los doce mandatarios del PAN, o aliancistas, consideran urgente la renovación de la dirigencia de Acción Nacional.
En un tuit piden que se garantice la legalidad, la imparcialidad y la equidad en ese proceso interno.
Esos seis gobernadores son Martín Orozco, Aguascalientes; José Rosas Aispuro, Durango; Carlos Mendoza Davis, Baja California Sur; Francisco Javier García Cabeza de Vaca, Tamaulipas; Francisco Domínguez, Querétaro, y el aliancista Carlos Joaquín González.
Tony Gali, de Puebla, quien no suscribió el mensaje en Twitter, forma parte también de la famosa Asociación de Gobernadores de Acción Nacional, que suscribió el desplegado en el que manifiestan su disposición a colaborar con el próximo gobierno “del signo que sea” por el bien del país.
Buscamos a Fernando Rodríguez Doval, el panista más rescatable del equipo de Anaya, para preguntar la postura que tienen sobre la demanda de renovar la dirigencia nacional.
Respondió: “Esa renovación se hará en este semestre. Estoy seguro que ocurrirá en unidad y el partido saldrá fortalecido. En el fondo, todos coincidimos. Hay que reflexionar, hacer la autocrítica que sea necesaria, reconocer aciertos y errores. Cuidar la institución”. “Seremos la única oposición a AMLO y los ciudadanos”, subrayó.
El PAN no será la única oposición en ambas cámaras, pero sí la que quedó menos disminuida luego de ese tsunami llamado Andrés Manuel López Obrador. Aunque sólo controlará el 19% del Senado y el 16% de la Cámara baja. A sus fansno les gusta que se hable de ello, pero la derrota de Ricardo Anaya deja al partido fracturado y sin un liderazgo claro.
- El PRI está en una situación aún más sombría. El partido gobernante pasó de ser la fuerza más grande en la Cámara baja y el Senado —controla actualmente el 40% en ambas— a tener sólo el 9% y el 10% de curules y escaños, respectivamente.
La crisis del partido en el gobierno ya está allí. Los militantes no tienen alicientes para quedarse en el otrora partidazo, o incluso mantener la disciplina. Sus dirigentes, actuales y pasados, se acusan de “carroñeros” en la disputa por lo que queda.
El exgobernador Joaquín Hendricks, coordinador de la campaña de Meade en la cuarta circunscripción, nos hablaba de la paradoja que se vivió en el PRI el día de las elecciones.
“Hubo militantes que aceptaron ser nuestros representantes de casilla, aun cuando sabían que iban a votar por López Obrador”, aseguró. El PRI no puede seguir cargando con la etiqueta de “partido corrupto”.
“Hay que hacer lo que tengamos que hacer, incluso cambiar de nombre, para recuperar la confianza ciudadana perdida”, nos dijo Hendricks.
- Es más que probable que los partidos dizque izquierdistas del PRD y MC colaboren estrechamente con López Obrador. Cuestión de sobrevivencia.
El PRD tendrá el 4% de los escaños en San Lázaro y el 6% en el Senado. El MC controlará el 6% y 5%, respectivamente.
Eso dejará a Morena más cerca del 66% de los votos que se requieren para enmendar la Constitución. Mucho poder para un solo hombre.
- La versión nos viene del equipo de campaña de Miguel Barbosa. Nos dicen que el candidato a gobernador de Morena en Puebla fue el que tomó la decisión de cancelar la marcha de protesta del domingo contra “el fraude electoral”.
Lo hizo luego de que le llegaran versiones en el sentido de que grupos “morenovallistas” buscaban infiltrarse en la manifestación para vandalizar la protesta y alimentar la dinámica de que los morenos son violentos.
Barbosa, aseguran, se mostró sensible al llamado de López Obrador de no caer en provocaciones. El candidato habló sucesivamente con Yeidckol, Tatiana y Olga Sánchez Cordero, antes de que se hiciera pública la decisión.
El anuncio de que no habría “marcha contra el fraude” lo hizo Tatiana Clouthier, encargada de asuntos internos en el equipo de transición de López Obrador, en un tuit que subió a las redes sociales, pasadas las 22:30 horas del jueves. Decía el mensaje: “Porque creemos en la paz, suspendemos la marcha del domingo en Puebla y pedimos apego al Estado de derecho”.
En Puebla ocurrieron cosas inexplicables: Morena ganó la elección presidencial 2 a 1; se llevó los dos senadores de mayoría; 14 de 15 distritos; 45 municipios, entre ellos la capital, pero perdieron la de gobernador. López Obrador prefiere que el asunto se dirima en tribunales y no en las calles. “Que todo se haga con apego a la ley, sin confrontación ni violencia; que no se caiga en la provocación”, dijo.
Y Barbosa lo escuchó.