Volkswagen inicia las pruebas de sus Robotaxis en Oslo, donde el frío y la nieve son el verdadero reto para la autonomía
Bajo el ala de Moia, Volkswagen ha iniciado pruebas de sus Robotaxis (vehículos autónomos) ID Buzz en Oslo, Noruega, durante el invierno.
La firma tiene como objetivo probar la eficacia de su tecnología autónoma en condiciones climáticas extremas, como frío intenso, nieve y caminos resbalosos. Estos ensayos son cruciales para su plan de ofrecer un servicio de robotaxis viable a nivel mundial.
Robotaxis de Volkswagen en condiciones climáticas extremas
Históricamente, las pruebas de vehículos autónomos se han realizado en lugares con climas benignos y calles despejadas, como Phoenix, Arizona. Estas condiciones ideales han ayudado al desarrollo inicial de la tecnología al minimizar las variables externas que pueden influir en el funcionamiento de los autos. No obstante, un servicio de robotaxis que solo funcione bajo condiciones ideales no es sostenible a largo plazo.
“Los usuarios de los servicios de movilidad esperan un modo de transporte cómodo, fiable y seguro, independientemente de la estación del año y de las condiciones meteorológicas”, declaró Sascha Meyer, director general de Moia. La compañía ve necesario enfrentar escenarios más complicados para asegurar la seguridad y eficiencia de sus vehículos autónomos en variados entornos urbanos.
Oslo, con sus duros inviernos y calles llenas de nieve y hielo, supone un gran reto para la tecnología de Moia. Las pruebas en esta ciudad son clave para evaluar factores críticos como la tracción en superficies lisas, la visibilidad en condiciones de niebla o nevadas, y la habilidad del software para interpretar adecuadamente señales de tráfico ocultas por la nieve.
El panorama actual de la conducción autónoma
El sector de vehículos autónomos ha visto cambios importantes recientemente. Aunque inicialmente se pensó que los robotaxis transformarían la movilidad urbana, su desarrollo ha sido más complejo de lo anticipado. Las compañías han enfrentado desafíos técnicos como la detección de obstáculos, la interacción con peatones y ciclistas, y la adaptación a normativas locales.
Como resultado, varias empresas ajustaron o disminuyeron sus inversiones en esta tecnología. Uber cedió su programa de vehículos autónomos a Aurora, que ahora se concentra en el transporte de carga en vez de robotaxis. Volkswagen y Ford cerraron Argo AI, su proyecto conjunto de conducción autónoma, y General Motors suspendió Cruise AV debido a problemas regulatorios y costos operativos elevados.
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Sin embargo, algunas firmas siguen progresando en este campo. Waymo continúa sus pruebas en ciudades como Washington, D.C., y Tesla planea lanzar un servicio de robotaxis en Austin, Texas, pese a las preocupaciones sobre la seguridad de su sistema autónomo.
Moia ha ampliado sus pruebas a varias ciudades, incluyendo Hamburgo y Múnich en Alemania, así como Austin, Texas. Su objetivo actual es asegurar que sus vehículos funcionen adecuadamente en diversos ambientes antes de ofrecer un servicio comercial de robotaxis. “Para garantizar que las personas de todo el mundo puedan experimentar de forma fiable nuestros vehículos autónomos, estamos haciendo que la tecnología sea resistente al invierno”, afirmó Meyer.