Analizan volatilidad del peso mexicano, el reflejo de las dudas postelectorales y el futuro económico.
Ciudad de México.-La estabilidad del peso mexicano se ve afectada por la incertidumbre política que sigue a los comicios recientes. Los cambios en el tipo de cambio son típicos en estos periodos, intensificando la volatilidad. Los factores que más pesan para los inversionistas son la estabilidad política, así como políticas fiscales y monetarias predecibles.
Además, es preferible para ellos invertir en naciones con inflación controlada, deuda pública sostenible y un crecimiento económico constante. Claudia Sheinbaum, quien se perfila como próxima presidenta de México, ha enfatizado en la independencia del Banco de México y la disciplina fiscal, buscando aplacar las inquietudes del mercado.
Sin embargo, existe inquietud en cuanto a las reformas propuestas por la nueva administración, que podrían limitar la independencia judicial y fortalecer el poder ejecutivo, lo que suscita interrogantes sobre la seguridad de las inversiones futuras.
La flexibilidad del tipo de cambio actúa como defensa ante perturbaciones, pero a medida que la confianza decae, el riesgo país se incrementa, lo que se traduce en un peso debilitado y tasas de interés elevadas.
El martes 18 de junio, el rendimiento del bono a 30 años subió a 10.16%, un aumento de 51 puntos básicos respecto a la subasta previa, reflejando un mayor riesgo percibido.
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El ascenso en las tasas de interés repercute negativamente en las inversiones y en el gasto de los consumidores, perjudicando la actividad económica.
A pesar de que el impacto de la variación cambiaria en la inflación se ha atenuado en México, se anticipa que la depreciación del peso será prolongada, con posibles repercusiones inflacionarias, lo que complica la labor del Banco de México.
En escenarios de alta volatilidad, la Comisión de Cambios, conformada por la Secretaría de Hacienda y el Banco de México, puede tomar medidas para prevenir desajustes bruscos mediante la venta de dólares o ajustes en la política monetaria.
Ante la reciente caída del peso, que refleja la reacción a los planes del gobierno entrante, se prevé que la inestabilidad se mantenga hasta la aprobación de la reforma judicial en septiembre.
El panorama seguirá siendo incierto hasta que Claudia Sheinbaum asuma el cargo y hasta las elecciones en Estados Unidos. La volatilidad del peso mexicano es un espejo de la inseguridad política y la inquietud ante las reformas del nuevo gobierno, lo que repercute directamente en la confianza inversora.
Por ello, asegurar un ambiente económico y regulatorio estable es vital para disminuir el riesgo país y fomentar la atracción de inversiones a futuro.