Por Gerardo A. Herrera Pérez
Los pobladores del Fraccionamiento Villas del Pedregal han sufrido mecanismos de opresión, su residencia en dicho Fraccionamiento ha generado invisibilidad de sus problemáticas de servicios públicos por parte de autoridades, aunque se debe de reconocer la presencia y compromiso de algunas de ellas, como el órgano autónomo de derechos humanos, o estracturas legislativas, entre otras; estigmas que hieren su dignidad humana al tener que expresar que viven en Villas del Pedregal, porque en general se le conoce como Villas del Gentillal, lo que no permite la adherencia a su identidad y por otro lado fortalece el prejuicio de ubicarlos como lo gentillal, lo pueblerino, lo étnico, lo rústico, porque viven a unas cuadras de la hermosa Tenencia de Capula.
Pero también sufren de discriminación, violencia, y otras cuestiones que no merece la pena comentarse porque decirlo me duele como moreliano; me duele la violencia al interior de la familia, pero también me duele que adolescentes atenten contra su vida.
En el mes de septiembre, a Villas del Pedregal se le nombró territorio migrante, y ahora el 29 de diciembre, Gerardo A. Herrera Pérez, expreso que Villas del Pedregal era territorio migrante y el Corazón de Morelia, porque ahí vive gente buena y trabajadora que genera sinergias para todo Morelia y Michoacán.
Nombrar públicamente a Villas del Pedregal como Territorio Migrante y el Corazón de Morelia, constituye un avance en su construcción de comunidad; pero también nos hace adelantarnos en pensar que tenemos que nombrar una y otra vez que Villas del Pedregal es migrante y corazón de Morelia para reconocerlo nosotros y los otros que no viven ahí, pero se encuentran vinculados.
El pasado 29 de diciembre se entregaron reconocimientos de las tres importantes organizaciones que ahí se vinculan. Desde que llegue a Villas del Pedregal, sólo he trabajado y direccionado el hacer público y social a favor de la comunidad y las estructuras académicas y coadyuvar con los comerciantes también.
Si no hacemos un alto a las agresiones que sufren las personas que viven en Villas del Pedregal y se les continua estigmatizando sin que las autoridades realicen acciones para la inclusión y respeto, terminaran siendo sus pobladores el “Gentillal”, pero no las personas, hombres y mujeres trabajadores, honestos, respetuosos, con las que yo convivo, a las que les doy mi respeto.
Por eso, hoy, cuando alguien se refiera a Villas del Pedregal, que lo haga sí, pero haciendo referencia a su gente o a la identidad de su gente, como territorio migrante y corazón de Morelia.
El marco jurídico universal y nacional de respeto a los derechos humanos reconoce la diversidad cultural, reconoce como valor y derecho la tolerancia y el respeto, la igualdad, la libertad. Mientras los ciudadanos no lo comprendan y lo asimilen seguiremos teniendo intolerancia frente a quienes debieron buscar la solución a sus problemas viviendo en Villas del Pedregal.
Amo a quienes habitan en Villas del Pedregal porque ahí es mi casa, ahí viven mis amigos, ahí viven los líderes sociales que conozco y con los cuales convivo permanentemente, porque ahí desarrollo mi trabajo social y público y porque México requiere de avanzar en materia de igualdad y no discriminación. Y porque en mi andar social sé que se debe promover los valores, los principios y las virtudes sociales, sé que debemos trabajar para la conformación de un nuevo ciudadano, que conoce sus leyes y las hace cumplir porque ahí estriba la cultura de la legalidad.