Soldados estadounidenses —quienes fueron deportados a México— intentarán cruzar hoy la frontera a Estados Unidos para pedir visas humanitarias que les permitan recibir la atención médica que necesitan.
El coordinador de un refugio para soldados deportados en Tijuana, Héctor Barajas, dijo a Excélsior que es contradictorio que mientras que el Departamento de Veteranos les extiende citas médicas a militares expulsados a México, las autoridades de migración se empeñen en impedirles la entrada al país.
“Hemos perdido a tres compañeros en Tijuana por males que eran perfectamente curables si se hubieran atendido a tiempo, y muchos otros necesitamos de esa asistencia médica que al menos una institución nunca nos ha suspendido”, dijo Barajas.
Hoy en la tarde un grupo de unas diez personas intentará regresar a California por la garita de San Ysidro, con apoyo de la Unión Americana de Libertades Civiles (Aclu).
La Aclu reprochó que nueve militares deportados a México murieron por no tener la asistencia que merecían después de servir a las fuerzas armadas de EU.
“El gobierno estadounidense abandona a estos soldados veteranos al expulsarlos a otros países en los momentos en que ellos más necesitan de ayuda oficial para rehabilitar sus vidas después de servir al país”, dijo un abogado de la Aclu, Bardis Vakili.
Éste presentó un estudio que integra 59 casos de militares deportados a 22 países, la mayoría a México.
Explicó que todos los soldados entrevistados sufren de severo estrés postraumático y algunos de ellos de adicciones; todos fueron deportados por faltas que cometieron a consecuencia de haber participado en guerras, como pleitos o consumo de mariguana, explicó el abogado.
Además de ese estrés, se añade el de ser deportados a países de los que generalmente salieron muy pequeños y donde carecen de familia, de conocidos y hasta de documentos, de acuerdo con Barajas.
Se les olvidó el español
“Muchos que somos deportados a México ni siquiera hablamos español, porque nos llevaron a Estados Unidos muy pequeños”, explicó Andy Rodríguez de León, militar de la 82 Brigada Helitransportada.
Rodríguez, de 70 años, participó en la guerra EU-Vietnam; lo deportaron hace cinco años por consumir mariguana y está enfermo. Ahora, pasa sus días en el refugio para soldados deportados en Tijuana.
Jan Ruuhman, militar de San Diego que apoya el regreso de los soldados deportados, dijo a Excélsior que si los estadounidenses promedio comprendieran lo que pasaron esos militares por defender a su país, seguramente la mayoría, si no es que todos, aceptarían que regresaran.
La portavoz del congresista Juan Vargas, Janine Pairis, dijo que el legislador presentará tres iniciativas para apoyar a los militares que corren riesgo de ser deportados.
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