La zapatista María de Jesús Patricio Martínez, también conocida como Marichuy , quien es además vocera por parte del Concejo Nacional Indígena, es otra de los posibles candidatos independientes para la próxima contienda electoral, promovida por el Ejercito Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).
La participación de esta aspirante a la candidatura independiente es un hecho histórico, ya que será el primer caso de una persona perteneciente a una comunidad indígena que procura la presidencia nacional, así como también la primera vez que el EZLN tendrá una participación directo dentro del sistema político-electoral de México, cosa que anteriormente rechazaba realizar.
No obstante tiene también que señalarse que “Marichuy” va muy rezagada en la colecta de apoyos, llevando apenas consigo más de 200 mil firmas registradas de las 866 mil 549 que requiere para aparecer en la boleta. Realmente la aparición de esta candidata pareciera ser más un gesto simbólico para indicar que los sectores que anteriormente eran “ignorados” por el sistema político ahora están más activos y organizados para defender sus ideales. Y aunque si bien es un paso importante la idea de la voluntad de participar por parte de este sector indígena, aún faltan muchas más espacios que deben abrirse para permitir el juego político a sectores minoritarios que también se han sentido ignorados.
Por el momento el respaldo que tiene la vocera zapatista es de una parte de algunas comunidades indígenas y algunos grupos de la izquierda pro-marxista.
Otro aspirante también dentro de la “gama izquierdista” que está en la búsqueda por aparecer en la boleta, es el guerrerense Armando Ríos Piter. Conocido también como “El Jaguar”, y que en su momento fue una de las principales figuras del PRD en Guerrero, partido por el que también fue senador por el mismo estado.
El ex militante del PRD se salió de dicho instituto y emprendió la colecta de firmas para obtener el registro como candidato independiente. Actualmente el ex senador por el “Sol Azteca” ha conseguido recolectar más de 800 mil firmas, y además está posicionado en primer lugar en conseguirlas en cada una de las entidades federativas necesarias para que validen su registro como candidato presidencial.
No obstante, aun si consigue las firmas restantes en tiempo y forma, también, al igual que los otros aspirantes de candidatura independiente, tendrá que enfrentarse al poder las maquinarias electorales de los partidos políticos, lo cual resta las probabilidades reales de alcanzar una victoria en julio de este año, sobre todo porqué tendría que enfrentar al menos a López Obrador dentro del mismo bloque de simpatizantes y quien es el aspirante mejor posicionado en las encuestas, sumando a lo anterior la falta de respaldo de un partido político, aspecto que le pesará como a los demás aspirantes independientes.
Probablemente ninguno de los aspirantes a candidatura independiente tenga grandes oportunidades de obtenerlas, sin embargo, el solo hecho de que varios ya estén intentando usar esta figura par a participar en la política nacional, sin duda alguna es un avance democrático en México.
Claro está, aún falta ajustar las condiciones reales de la candidatura independiente para que puedan competir de una manera mucho más pareja con los partidos políticos, así como también hace falta seguir ampliando la participación ciudadana con los medios institucionales de participación directa, como lo son las consultas, los plebiscitos y los referéndums entre otros.
Y por supuesto seguir incentivando a través de la cultura y la educación la idea de la participación política para todos los miembros de la sociedad y de esta manera consolidar la lucha democrática que se ha venido dando en el país desde hace 30 años.
De hecho, los avances democráticos que se han venido presumiendo por parte de las distintas fuerzas políticas que han gobernado el país a lo largo de estas tres décadas, se pondrán a prueba en la que será la mayor elección de la historia del país, debido a que habrá proceso electoral no solo a nivel nacional sino en 30 de las 32 entidades federativas.
Los ciudadanos debemos exigir que en lo que resta de la etapa de precampañas y durante los meses de campaña formal, la conducta política de los que en ese momento sean candidatos se conduzca por los senderos de las ideas serias y tangibles para la solución de los problemas que hoy aquejan al país tales como la inseguridad, la falta de empleos bien pagados, la inflación, entre otros.
Exigir que se nos respete como ciudadanos y se dejen atrás las campañas sucias y con propuestas abstractas, que no solo no contribuyen a la consolidación democrática sino que únicamente laceran el interés ciudadano para participar activamente en la política. Los mexicanos merecemos una serie de campañas electorales que promuevas propuestas constructivas y generen diversidad de opinión en base a ideas sólidas; sin duda esto sería una muestra clara de que ha habido una mejoría en la dirección de política mexicana, al menos en el aspecto electoral, porque una serie de campañas negativas basadas más en denostar al adversario que en proponer soluciones concretas, o las tradicionales tácticas de clientelismo político y mapachería, mostrarán que la lucha democrática en México está más bien en retroceso además de que eso solo incrementaría el descontento social sobre el sistema político mexicano.