El objetivo es tener una herramienta natural para el control de plagas como la cochinilla que afecta a la producción de nopal
Puebla.-A partir de extractos vegetales investigadores de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), desarrollaron productos para conseguir sustancias efectivas para el control de plagas que afectan a cultivos como la chía, maíz y nopal.
Al ser Puebla el cuarto lugar a nivel nacional en la producción de tuna y nopal, se buscó un método para enfrentar a su principal enemigo, la cochinilla, productores recurrieron al apoyo en la Universidad, fue así que se comenzaron las pruebas en el Laboratorio de Manejo Agroecológico de Plagas del Instituto de Ciencias de la BUAP.
Nuestra tecnología se basa en usar productos creados a partir de extractos vegetales como el chicalote (Argemone), una planta mexicana que previamente estudiamos en el laboratorio y que procesamos para poder obtener una sustancia eficaz contra la plaga de la cochinilla”, explicó el doctor Agustín Aragón quien dirige el Instituto.
De igual forma explicó que esta planta se mezcla con agua 24 horas antes de utilizarla, de tal forma que por cada litro se adicionan 30 gramos. Se hace un reposo de 24 horas, posteriormente se filtra con una malla fina y se aplica durante una semana sobre los cultivos de nopal.
Mientras que en la segunda semana se realiza una aplicación con jabón, el cual tiene que ser exclusivamente neutro y no detergente porque dañaría el suelo agrícola.
Este es un método preventivo, por lo que aseguró que si la infestación de la placa ya está avanzada “puede bajarse la incidencia de la cochinilla en ocho aplicaciones, cuatro de extracto de la planta y cuatro de jabón, dejando descansar un mes la plantación para después iniciar otra vez con el ciclo de aplicación”.
El doctor Aragón señaló que con las metodologías que desarrollan en su laboratorio se han beneficiado a casi 700 familias productoras de diferentes municipios como son: Acatzingo, Tehuacán, Chiautla y Tochimilco, para resguardar los cultivos de nopal, maíz, jamaica, frijol, amaranto y chía.
De igual forma, indicó que parte de la efectividad se debe al trabajo previo de diagnóstico para conocer qué tipo de plaga daña el cultivo, pues no todas tienen el mismo manejo. Por ello para comprender mejor toda la biología del insecto que causa la afectación, el laboratorio estudia el ciclo de vida de la plaga.