El ejercicio interno que vive Morena será determinante para ganar la elección presidencial del 2024, lo mismo que la mayoría de gubernaturas que estarán en disputa, sin dejar de lado que, el legislativo federal, está en las prioridades del presidente López Obrador, porque es ahí, donde el proceso de transformación se ha hecho posible. Recordemos que, la legislatura actual, ha sido impulsora de una agenda que, a grandes rasgos, es el principal soporte del proyecto de nación que planteó AMLO desde tiempos de campaña.
Por esa razón, el presidente López Obrador mostró gran interés por mediar el proceso interno de Morena. De hecho, desde hace más de dos años ha mostrado su empeño en el relevo que ocupará su lugar y, como sabemos, decidió incluir a cuatro aspirantes de Morena para salvaguardar el punto clave de un proceso electoral: la unidad.
Recordemos lo que pasó alrededor de más de veinte meses consecutivos que Ricardo Monreal, exlíder de la fracción mayoritaria en la Cámara de Senadores, fue prácticamente excluido.
Todos sabemos lo que pasó en ese entonces. Fueron muchas situaciones las que socavaron un ejercicio plural y transparente y, pese a que él presiente López Obrador corrigió la estrategia presidencial, todavía hay matices que siguen marcando el proceso de información, ahora que los aspirantes han intensificado las giras. Eso ha tenido lugar desde que algunos aspirantes, sin el consentimiento del Consejo Político Nacional, pusieron en marcha una plan de publicidad con espectaculares costosos que, a todas luces, se han prolongado en todo el territorio.
Y Ricardo Monreal, aspirante presidencial de Morena, expresó su punto de vista, sin embargo, la pelota está en la cancha del dirigente nacional de Morena que, en unos días, se reunirá con los delegados. O sea, con los seis aspirantes de la Coalición Juntos Haremos Historia donde se prevé, se aborde el tema. De hecho, en sus más recientes entrevistas, el mismo zacatecano ha dicho que, en las próximas semanas, no ahondará más en el asunto y que, pese la coyuntura que vivimos, será un factor clave para seguir impulsando la unidad.
Es claro el fin de Ricardo Monreal: encauzar el proceso de unidad y, al respecto, ser un protagonista para llegar sólidos a la cita del próximo julio del 2024. Él mismo lo dijo en entrevista: “es más fuerte mi sentimiento por la unidad que por ser disruptor o por la división”. Dicho en otras palabras, se ha tomado muy en serio el llamado que realizó el presidente López Obrador, pero sobre todo los acuerdos signados en el cónclave de una cena privada que sostuvieron los cuatro perfiles de Morena, en compañía del mandatario federal.
En ese sentido, Ricardo Monreal ha honrado su palabra. En todos sus encuentros ha destacado el proceso de transformación y, de paso, ha hecho un llamado a cerrar filas con AMLO. Y lo ha efectuado más allá de las condiciones inequitativas que vive, o mejor dicho a las maquinarias de publicidad a las que se enfrenta. Eso es lo que precisamente tiene que mediar y corregir el dirigente nacional, concretamente haciendo un llamado enérgico a privilegiar la unidad, eso sí, respetando las reglas de participación internas que fijaron en el Consejo.
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Son tiempos claves para mostrar la convicción y la fidelidad al proyecto de transformación. Con una forma clara y categórica, Ricardo Monreal cierra filas con el presidente Obrador quien, no hay duda de ello, es el gran mediador de la contienda. Incluso, la propia narrativa del zacatecano es la prueba más contundente que, más allá de todo, el proyecto de la 4T es una prioridad y, contra toda adversidad que vive, luchará hasta el final y, mientras las audiencias de información lleguen a su fin, Monreal empujará el proceso de unidad que es, en política, un rasgo que domina a la perfección el exlíder de la fracción mayoritaria en el Senado de México.
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