Por: Javier Lozano
A unos días de que se suscitó el conflicto político en algunos países de Europa, el presidente de la Junta de Coordinación Política fijó su posición no sólo con su pluma privilegiada, sino con las acciones que siempre pretenden contribuir dependiendo de la situación o perspectiva.
Desde luego que la situación en Rusia y Ucrania merece la atención ya que son factores que pueden traer efectos colaterales. En mayor grado, la sociedad de aquellos países se vuelve vulnerable porque está a merced debido a las razones beligerantes entre ambas naciones; así, hay un riesgo latente hablando en términos humanos bajo la mirada escéptica de los ataques de armamentos que avanzan estratégicamente por varios puntos del país de Ucrania.
Eso lo ha podido describir, aunque también documentar evidencias y testimonios de ataques en varias horas en estos dos días pasados. A raíz de eso, la idea es mostrar la solidaridad, así como la responsabilidad legislativa y humana en los desafíos de generar canales de comunicación en la política internacional.
Ese esfuerzo o, mejor dicho, esa convicción natural muestra la esencia siempre humanista de Ricardo Monreal. De hecho, reunió a la Junta de Coordinación Política y, con la participación de Marcelo Ebrard, lograron sumar esfuerzos en pro de una política internacional que pueda construir con mecanismos diplomáticos, pero también de los eficientes oficios del zacatecano cuando se necesita buscar vías de solución para edificar acuerdos que hemos calificado como provechosos, sobre todo en materia legislativa.
Por ello, aseguró que, el Senado de la República, será siempre una plataforma que dé prioridad a los temas del país, máxime en el momento en que se trate de asuntos internos como cuando defendió la postura ante los intentos de hostilidad del senador Republicano, Ted Cruz.
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Así pues, nuevamente el senador Ricardo Monreal pone en sus manos un asunto trascendental en política internacional. Busca, como es una costumbre en él, herramientas de diálogo para intentar primero la pacificación, y después la reconciliación emitiendo posturas a favor de la no intervención y Guerra.
Justamente esa es, desde hace más de treinta años, una de las virtudes de Ricardo Monreal. Tras estos hechos no fue la excepción: salió rápidamente a buscar alternativas e instrumentos que den solidez a la diplomacia como una muestra de congruencia y convicción.
Es, en este terreno, un embajador que bien puede contribuir a la paz privilegiando el diálogo desde su posición de presidente de la Junta de Coordinación Política, y como máximo exponente del poder legislativo en manos del Senado de la República.