Los británicos fueron llamados a decidir dónde quieren estar en el mundo y este viernes, tras votar en un inédito referendo el día anterior, decidieron que su lugar está fuera de la Unión Europea (UE).
Tras un dramático conteo, los últimos resultados dan por ganador al Brexit (la salida de Reino Unido de la UE) con un 52% de los votos.
El resultado mete de lleno a Reino Unido y a Europa en territorio inexplorado.
Es la primera vez que un país decide dejar la UE desde su creación, en 1992(como antecedente solo existía el caso de Groenlandia, un pequeño territorio de 56.000 personas, que abandonó la Comunidad Económica Europea -predecesora de la UE- en 1985).
El resultado del referendo es un terremoto político, tanto para Reino Unido como para la UE, y puede tener consecuencias muy profundas para todos los países implicados.
¿Qué pasa ahora?
Lo primero que hay que señalar es que el resultado del referendo no es vinculante.
El primer ministro, David Cameron, podría decidir remitir la cuestión al parlamento británico, que es soberano.
Pero ignorar la voluntad expresada en el referendo es considerado como un suicidio político.
Aunque esta es sin duda una decisión histórica, Reino Unido no deja de ser miembro de la UE en forma automática.
El proceso para abandonar el bloque está contemplado en el artículo 50 del Tratado de Lisboa.
Ese artículo fija dos años para negociar las condiciones de la salida de uno de sus integrantes.
Mientras, los tratados europeos se siguen aplicando.
Si en ese periodo no logran un acuerdo, el plazo puede extenderse, pero solo si hay acuerdo unánime de los otros 27 socios de la unión.
Si, en cambio, no hay acuerdo, el país que quiere salir pasa a depender de las reglas de la Organización Mundial de Comercio para comerciar con otros países.
El reloj de los dos años no empieza a contar hasta que Reino Unido no comunique formalmente su decisión de abandonar la UE al Consejo Europeo.
Incógnitas
Es demasiado pronto para saber cómo será el proceso con detalle, entre otras razones porque hay dos grandes incógnitas políticas:
- El futuro del primer ministro, David Cameron. El líder conservador dijo que no abandonaría el cargo en caso de ganar el Brexit, pero la realidad es que la cuestión europea ha dividido a su partido y él es gran perdedor de esta contienda.
- La reacción de los líderes europeos. De ella dependerá si la UE adopta una postura más o menos dura a partir de ahora en las negociaciones. Los líderes europeos están preocupados por las repercusiones que puede tener este resultado en otros países miembros y querrán dar una imagen de unidad.
Ni Reino Unido ni la Unión Europea han atravesado nunca un camino como este.
La vida de los británicos puede cambiar profundamente a partir de este resultado, 43 años después del ingreso del país en la Comunidad Económica Europea.
También la vida de los casi tres millones de migrantes europeos que viven en Reino Unido puede verse afectada.
Una de las grandes incógnitas es qué derechos tendrán en el futuro.
Y si el Reino Unido que emerja de este complejo proceso seguirá aplicando el libre movimiento de personas como pilar de sus relaciones con la UE.
Es probable que mientras negocian la salida, la UE y Reino Unido negocien también un nuevo marco de relaciones para el futuro centrado en el comercio.
No está claro si Reino Unido va a seguir formando parte del mercado único europeo o intentará alcanzar un acuerdo de libre comercio.
Ser miembro del mercado único requiere aceptar sus reglas, entre ellas el libre movimiento de personas.
Un acuerdo de libre comercio es posible, aunque tardaría años en firmarse.
De todo esto dependerán las implicaciones que tenga el Brexit para la economía británica, la quinta más grande del mundo.