Washington, EU.- El presidente estadunidense Donald Trump culpó este viernes a los demócratas por el fracaso de la iniciativa republicana de reforma de salud, pero dijo estar “abierto” a trabajar con ellos para forjar una nueva propuesta en un futuro “no muy lejano”.
“Los perdedores son Nancy Pelosi y Charles Schumer”, dijo Trump a los periodistas en el Salón Oval de la Casa Blanca, donde apareció flanqueado por el vicepresidente Mike Pence y el secretario de Salud, Tom Prices. “Quisiera que a Obamacare le fuera bien, pero no puede, va a explotar”.
Trump dijo que nunca prometió que la reforma de salud iba a ser aprobada en 64 días, confió en que habrá en un futuro otra iniciativa de ley mejorada y sostuvo que su preferencia es que cuente con apoyo de demócratas y republicanos.
“Los demócratas se me van a acercar cuando estén listos. Cuando ellos estén listos, nosotros estaremos listos”, añadió.
Schumer, el líder de la minoría demócrata en el Senado, rechazó de inmediato la acusación de Trump y sostuvo que el presidente debe culpar del fracaso a su “incompetencia” y a su predisposición a romper sus promesas de campaña.
“(Trump) nunca pudo conseguir suficientes votos republicanos, nunca intentó acercarse a los demócratas”, agregó.
Minutos antes, el presidente estadunidense sufrió el primer descalabro político de su mandato luego que se vio forzado a pedir el retiro de su propuesta de reforma de salud, ante la imposibilidad de sumar el apoyo de 216 legisladores para ser aprobada.
A sólo minutos del inicio de la votación final Trump pidió al presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, el autor de la iniciativa original, retirar el proyecto de ley, en lo que significó una victoria para la Ley de Salud Asequible del presidente Barack Obama.
“Estuvimos cerca, pero nos quedamos cortos”, reconoció Ryan en rueda de prensa en el Capitolio, luego de admitir que no es lo mismo un partido en campaña que un partido en el gobierno. “Este es un revés, no hay duda, pero no es el final de la historia”.
El abandono de la Casa Blanca y del liderazgo republicano fue visto como un revés político mayor para el presidente estadounidense, que enfrentó especialmente la oposición de la bancada más conservadora de su propio partido, que integra el llamado Concilio de la Libertad.
Pero Trump señaló que no se siente “traicionado” por su propio partido sino “decepcionado” de haber estado cerca de haber tenido los votos suficientes y no haber podido llegar a la meta. “Estoy un poco sorprendido (…) pero son buenos amigos míos”, añadió.