El cineasta mexicano Emmanuel Lubezki, ganador en tres ocasiones consecutivas del Óscar por mejor fotografía, aseguró hoy que “el ego tiene una cara horripilante que es la del miedo”, durante el ciclo de conferencias “México Siglo XXI”.

“El triunfo es una cosa totalmente interna; si tú estás satisfecho con lo que estás haciendo y hacia dónde vas”, dijo ante 10.000 jóvenes becarios de la Fundación Telmex en el Auditorio Nacional de la Ciudad de México, y les aconsejó no hacer de los premios “el objetivo o el destino”.

Al pedírsele que dijera la primera palabra que le viniera a la mente con el nombre Trump soltó “Siniestro, racista, pelafustán, mierda”, y al cerrar la conferencia exclamó: “¡No voten por (el candidato presidencial estadounidense Donald) Trump!”.

Resultado de imagen para Trump es 'siniestro, racista, pelafustán y mierda': Chivo Lubezki
foto: Internet

Lubezki narró su carrera desde el inicio, cuando una “pequeña cámara” fotográfica que encontró en su casa y las revistas de National Geographic con fotos que tenían “cierto misterio” lo introdujeron al amor por la fotografía fija.

Entre sus fuentes de inspiración mencionó a fotógrafos como Manuel Álvarez Bravo y Henri Cartier Bresson, pero también a su profesor Agustín Estrada y a Graciela Iturbide, quien le sugirió estudiar en el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos, donde conoció a Alfonso Cuarón y descubrió su pasión por la fotografía cinematográfica.

Con saco y zapatos deportivos, “el Chivo” Lubezki confesó que llegó sin hablar inglés a Estados Unidos, donde se introdujo en el “star system” de Hollywood luego de “un shock tremendo” de la mano de Ben Stiller con la película “Una Dura Realidad” (1994).

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Explicó que durante su desarrollo profesional aprendió que “la crisis lleva cambio, y es muy importante saber que la crisis es como un tornado, como una tormenta, y saber que la crisis va a pasar, que no es un fracaso total”.

Aseguró que “el trabajo del cinematógrafo es ayudar al director a traducir sus ideas”, y que cada director, set y situación son distintos. “Yo podía moverme y actuar un poco como un camaleón” en las películas, aseveró.


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