Los tratados de agua entre México-EEUU
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Tensiones críticas amenazan los tratados de agua México-EEUU, vigentes por más de 80 años.

La escasez de agua ha emergido como un desafío crítico que compromete las relaciones entre México y EEUU, poniendo en peligro los tratados binacionales que han sido efectivos por más de ochenta años.

El aumento en la demanda de agua, junto con el cambio climático y la infraestructura en deterioro, ha creado tensiones sin precedentes en la frontera que comparten estas dos naciones.

Por primera vez en ochenta años, los tratados de agua entre México y Estados Unidos se ven amenazados debido a un retraso de México en la entrega del agua estipulada. Este acuerdo, que data de hace 80 años, dicta que ambos países deben compartir el agua de los ríos Grande y Colorado.

La situación actual es preocupante, ya que México tiene un déficit de aproximadamente 265 mil millones de galones de agua que debería haber entregado a Estados Unidos.

Este déficit ha intensificado las tensiones en la frontera, especialmente en estados como Baja California y Chihuahua, que dependen significativamente del agua del río Colorado, que fluye desde el lado estadounidense.

En Texas, la industria citrícola, que representa un valor de 500 millones de dólares, está bajo amenaza por esta situación.

Impacto en los Tratados del Agua entre México y EEUU

El cambio climático, el aumento de la población y la infraestructura envejecida han exacerbado este problema, dejando a ambos países en una situación de vulnerabilidad.

María Elena Giner, comisionada estadounidense de la Comisión Internacional de Límites y Aguas, declaró: ‘México atraviesa una de las situaciones más críticas en la historia del tratado, y es estadísticamente improbable logre ponerse al día antes de la fecha límite en octubre de 2025.’

El impacto en Texas es claro, donde la falta de agua ya ha causado el cierre del último ingenio azucarero del estado. Funcionarios texanos temen que la industria citrícola pueda enfrentar un destino similar si México no cumple con sus obligaciones.

En respuesta, los legisladores estadounidenses han instado al Congreso a suspender las asignaciones financieras a México hasta que se resuelva el problema del agua.

México también enfrenta desafíos significativos en cuanto a agua, y en la Ciudad de México, con 22 millones de habitantes, se han experimentado cortes en el suministro de agua, lo que llevó al presidente Andrés Manuel López Obrador a priorizar el agua para consumo humano sobre el uso industrial.

Se espera que la presidenta electa, Claudia Sheinbaum, continúe con esta política cuando asuma el cargo en octubre de este año.

Este ciclo de cinco años no es el primero en que México se retrasa en sus entregas de agua a Estados Unidos, pero el riesgo del déficit actual plantea una amenaza seria para el futuro de la cooperación binacional en materia de recursos hídricos.