Claudia Sheinbaum promueve la transición energética pese a cambios legislativos.
Ciudad de México.-La presidenta de la República, Claudia Sheinbaum aseguró este miércoles que, a pesar de que la obligación del Estado de fomentar la transición energética fue eliminada en la última reforma constitucional sobre energía, su administración seguirá promoviendo el uso de energías renovables.
“Queremos la transición energética, queremos más fuentes renovables de energía, pero no necesariamente tiene que quedar establecido en la Constitución”, declaró Sheinbaum durante su intervención matutina en Palacio Nacional.
Sheinbaum comentó sobre la decisión tomada el martes por las comisiones del Senado, que enmendaron la reforma para que Petróleos Mexicanos (Pemex) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE) ya no sean consideradas “empresas productivas del Estado”, sino “empresas públicas”.
Esta medida busca que no compitan en igualdad de condiciones con las empresas privadas.
Estas modificaciones, aún pendientes de aprobación por los congresos estatales, modifican parcialmente la reforma energética de la administración de Enrique Peña Nieto (2012-2018), que había abierto el sector a la inversión privada y designado a Pemex y CFE como “empresas productivas”.
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La reforma aprobada recientemente en la Cámara de Diputados, propuesta por el expresidente Andrés Manuel López Obrador, originalmente incluía que el Estado dirigiera la transición hacia energías renovables.
Sin embargo, Sheinbaum justificó la eliminación de este apartado porque no estaba claro si implicaba solamente la planificación estatal o también la producción de energía renovable.
“Si hubiera quedado como tal el párrafo, no hubiera sido consistente”, explicó la presidenta, añadiendo que esto podría interpretarse como una prohibición de instalar paneles fotovoltaicos en residencias particulares.
A pesar de los cambios, Sheinbaum confirmó que las leyes secundarias garantizarán la transición energética.
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Tanto el gobierno anterior como el actual han sido criticados por favorecer los hidrocarburos de Pemex y la energía de las plantas de la CFE, que provienen de fuentes menos limpias que las de los generadores privados.