México ante la decisión crítica: adoptar la transición energética o continuar con el modelo de combustibles fósiles.
Ciudad de México.-A pesar de la significativa inversión pública en petróleo, México muestra una independencia energética del 0.68 por ciento, revelando una fuerte dependencia de importaciones petroleras para satisfacer la demanda interna.
Durante el 2022, el país exportó más de 637 millones de barriles de petróleo crudo y, por otro lado, importó más de 1.8 millones de barriles de productos refinados, en su mayoría de Estados Unidos, reflejando una caída en la capacidad de refinación nacional.
En el año 2000, cada millón de pesos invertido rendía 66 barriles de combustible al día, pero en 2022, la cifra cayó a solo 4 barriles.
La Alianza por una Transición Energética Justa señaló que persistir en un modelo energético basado en fuentes fósiles incrementará la dependencia externa y los riesgos financieros asociados.
Asimismo, la Alianza subraya que la disminución de reservas, el costo creciente de extracción y la necesidad de importar para generar electricidad, hacen del modelo actual algo insostenible. El futuro gobierno de México se verá ante la disyuntiva de adoptar tecnologías limpias o seguir dependiendo de los combustibles fósiles.
En relación a las propuestas de los candidatos presidenciales, la Alianza considera que son insuficientes para asegurar recursos y concretar la ‘transición energética México’.
“Los planteamientos coinciden en rubros como el aumento de energías renovables, la promoción de la electromovilidad y la integración de comunidades, pero destaca la ausencia de temas cruciales”
Alianza por una Transición Energética Justa
La Alianza indica que las propuestas no reflejan un compromiso real con la transformación del sistema energético debido a la falta de iniciativas en ciencia y tecnología, formación de talento y creación de empleos.
Además, señalan que las diferencias en gobernanza energética se centran en las reformas de subsidios y en la transición de PEMEX y CFE hacia energías más limpias.
Isabel Studer, directora de sostenibilidad global y miembro de la Alianza, advierte “seguir en el camino de los combustibles implica riesgos para nuestro país”.
Por el contrario, afirma que una firme transición energética traería beneficios como resiliencia climática, independencia energética, empleo y crecimiento económico.
Finalmente, la Alianza por una Transición Energética Justa enfatiza la importancia de que los candidatos presidenciales establezcan compromisos claros y plazos definidos para la transformación energética. “Es crucial los candidatos se comprometan a establecer objetivos claros y plazos definidos para impulsar la transformación del sistema energético”, concluye la entidad, subrayando la oportunidad que representa la crisis climática para redefinir el desarrollo económico de México.