Ya hemos hablado anteriormente de cómo penalizar el uso de plástico no es una solución viable para la contaminación, y un problema para la economía. Pero el problema sigue latente, entonces ¿Cuál es la solución?
Ingresa a: Contaminación plástica ¿Cuáles son sus alcances?
El economista y ambientalista Björn Lomborg realizó un estudio muy interesante al respecto, donde congregó a grupos de estudiantes de varias universidades del mundo para enlistar las necesidades mundiales en un orden jerárquico respecto a su relevancia. Los resultados fueron sorprendentes, la problemática ambiental se encontraba en un lugar más bajo que el que los ecologistas esperarían.
El mismo Björn nos explica que esto es debido a que hay problemáticas mucho más tangibles en el presente que la contaminación, como la pobreza. Así es, pareciera que la pobreza es un problema tan antiguo que no tiene solución, pero esto no es tan cierto. Dentro de este estudio podemos ver que, el agregado de los presupuestos mundiales para combatir la contaminación ambiental, sería suficiente para combatir la pobreza en el mundo varias veces, y según destaca, con más beneficios para el ambiente debido a que los países en vías de desarrollo son también los mas contaminantes.
Esto sigue sin responder la pregunta de cuál es la solución al problema, pero la respuesta ha estado frente a nosotros todo el tiempo, la tecnología. Nos basta con mirar al pasado para ver cómo hemos lidiado con la contaminación anteriormente. Lomborg destaca como la contaminación por heces de caballo fue un problema durante todo el siglo XlX, dado que era el método principal de movilización de la época, y gracias a las conglomeraciones de personas en las grandes urbes esto implicaba un problema más complicado de lo que podríamos pensar. Por supuesto, este problema no se resolvió poniéndole impuestos a la gente que usaba caballos, o prohibiendo el uso de caballos como muchos gobiernos actuales harían si vivieran en esa época. El problema se resolvió con la creación del automóvil.
Este sólo es un ejemplo, sin embargo, es trasladable al escenario de contaminación que enfrentamos a día de hoy. Si bien es cierto que el daño al ambiente nunca había sido tan notorio y preocupante como lo es ahora, eso no quita el hecho de que la solución es la misma, la inversión en tecnología, particularmente en energías renovables. Si bien pareciera que esta conclusión es trivial ya que no estamos diciendo nada nuevo, no es así, el hecho de que a nivel mundial se gasten cientos de miles de millones de dólares en regulaciones ambientales nos indica que el recurso económico no está siendo optimizado para el propósito con el que se utiliza, y que un uso diferente de ese dinero sería mucho mejor aprovechado si se canalizara de una manera que no solo evite la contaminación, sino que también, mejore directamente el estilo de vida gran parte de la población mundial.