Los militares salieron de los cuarteles para enfrentar la inseguridad y la delincuencia organizada, debido a la situación en que se encontraba el país, sin embargo, la seguridad pública es un problema que corresponde resolver a los gobiernos y no al Ejército y la Marina, opinó el gobernador michoacano, Silvano Aureoles Conejo, en torno al discurso emitido por el secretario de la Defensa Nacional (Sedena), Salvador Cienfuegos Zepeda, en el que expresó que los soldados no estaban preparados para enfrentar y abatir la criminalidad.
Aureoles Conejo justificó la salida del Ejército a las calles desde hace 10 años, durante la administración federal de Felipe Calderón Hinojosa, como una estrategia de combate a los carteles delictivos, pero añadió que la milicia no tiene la formación para llevar a cabo acciones en materia de seguridad pública.
Al respecto, opinó en torno a las declaraciones del general Cienfuegos Zepeda, “eso es una realidad, y eso lo sabíamos desde hace 10 años que se tomó la decisión de llevar a los militares, a los marinos a una tarea de seguridad pública y que no es su formación”.
Aunque justificó, “por las circunstancias que vivía el país, también se entiende que tuvieron ellos que hacerle frente, pero eso ha generado mucho desgaste para una de las instituciones más prestigiadas del país que son nuestras fuerzas armadas, Ejército y Marina”.
Detalló que los soldados están formados para defender la soberanía de la nación, por lo que insistió en que la tarea de garantizar la seguridad pública, es un asunto que compete a las autoridades civiles.
“Los soldados son formados para la defensa de la soberanía, la defensa del país, otras tareas que se llaman defensa exterior y defensa interior que tienen que ver con la seguridad nacional, no tareas de seguridad pública que esas le competen a la autoridad civil”, señaló.
Reiteró que la garantía de la seguridad de la población del estado y del país, es el reto que corresponde resolver a los gobiernos y no al Ejército, o en su defecto, reformar la ley, para atribuirle esa competencia a la milicia.
“Yo creo nuestro reto, nuestra meta, debe ser que los gobiernos civiles nos hagamos cargo de la seguridad pública y que pronto se regrese a los soldados a los cuarteles o se reforma la ley para darles las facultades en materia de seguridad pública”, comentó.
Criticó que, tras la asignación de tareas de combate al crimen organizado, el Ejército ha sido denostado y desprestigiado.
“Exponemos demasiado a nuestros soldados y permanentemente hay quienes quieren lastimar la imagen del Ejército, quieren denostarlo, quieren desprestigiarlo, y yo no comparto esa situación”, expresó.