“Sus manos están llenas de sangre” expresó Cristo González Villaseñor a diputados del Congreso del Estado
Morelia, Michoacán.-“Sus manos están llenas de sangre”, acusó Cristo González Villaseñor a los diputados locales congregados en el Salón de Plenos del Congreso, previo a la realización de la Sesión Solemne para la entrega de la condecoración La Mujer Michoacana.
El hermano de Jessica González –víctima de feminicidio- hizo uso de la tribuna legislativa, mientras su madre Verónica permaneció en la parte baja a la escucha en la planta baja.
Ahí Cristo habló fuerte y cuestionó el proceder de los diputados, quienes en más de un caso no podían disimular su molesta frente a lo que acontecía en el Pleno, y por el crítico mensaje.
“Señores diputados ustedes están desperdiciando este espacio. Cada uno, independientemente del partido político al que estén representando, quedaron de trabajar por y para nosotros, pero al contrario, sus manos están manchadas de sangre”.
Momentos antes Verónica Villaseñor y sus hijos Cristo y Adrián González, habían entregado una iniciativa de reforma a la Ley por una Vida Libre de Violencia para las Mujeres en el Estado, en donde fueron recibidos en el Salón de Recepciones de Palacio Legislativo por cerca de una veintena de diputados para tomarse la foto, quienes no tenían previsto que las víctimas indirectas pretendieran bajar al Salón de Plenos para hacer uso de la tribuna y emitir un mensaje.
La propuesta de los diputados fue permitirles el uso de la tribuna en una segunda sesión programada este día, ya que hubiera terminado la Sesión Solemne y cuando sus invitados se hubieran retirado.
Pero las previsiones de los legisladores no eran las de los familiares de la joven profesora asesinada, por lo que Cristo subió a tribuna una vez realizado el pase de lista.
“Son sus manos las que están manchadas y llenas de sangre, y qué vergüenza y pena, porque este espacio fue creado para las luchas y que las voces de la gente se escuchen, para que las víctimas sean nombradas y escuchadas, no silenciadas. Por eso este acto de rebeldía.
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“Venimos a decirles que sus manos apestan a sangre, que sus manos apestan por la ineficiencia de su trabajo, porque no aprobaron presupuesto para destinar programas de protección a las mujeres, por la corrupción al momento de legislar pensando en su privilegio y no en el beneficio de las mujeres, por la poca empatía que han mostrado por este problema llamado feminicidio, que para ustedes representa solo un problema más”.
Y abundó: “Por la resistencia que han mostrado cada uno de ustedes para poder legislar en pro de las mujeres, por la violencia que les han ejercido en su actuar a las mujeres quitándoles el derecho de decidir por su cuerpo, hoy estamos aquí para gritarles: ¡sus manos apestan a sangre!, y que se escuche fuerte, el miedo ya no está en las víctimas, el miedo debe de estar en los feminicidas”.