El supuesto cambio en la Fiscalía de Michoacán genera especulaciones sobre sus posibles sucesores; mientras tanto, el crimen organizado amplia sus tentáculos extorsionando a los pequeños comerciantes en Purúandiro
Pedro y el lobo
Como el cuento de Pedro y el lobo, en Michoacán está la sucesión al frente de la Fiscalía General de Michoacán es tanto lo que se ha mencionado sobre la salida de su titular, que ya nadie cree que efectivamente se vaya a cristalizar.
Pero hoy día en los pasillos del poder michoacano, se da como un hecho que finalmente los rumores se cristalizarán, y para ello habría ya quienes estarían alzando la mano y cabildeando para ocupar el cargo.
Cuentan que uno de los que ya se está moviendo para amarrar sus posibilidades de ser el futuro Fiscal General, es el actual titular del Secretariado Ejecutivo de Seguridad Pública, César Erwin Coria, ello pese a que en el círculo rojo no se le conoce mayor experiencia jurídica, no así empresarial, en donde cuentan los que saben, que es muy avispado para hacer negocios jugosos.
Te puede interesar: Corrupción en la Política de Michoacán
Dicen los cercanos que Coria confía que su cercanía con el gobernador le dará la ventaja necesaria, aunque quizá ésta le resulte insuficiente en mares turbulentos, pues hay quien sostiene que a nivel federal existen algunos expedientes armados que se relacionan con irregularidades en el manejo de presupuesto federalizado, en donde este funcionario y algunos otros consentidos, podrían sufrir serios traspiés.
En todo caso César Edwin no sería el único metido en la carrera por la Fiscalía General. Otro nombre que se menciona como fuerte es el del consejero jurídico del gobierno estatal César Ocegueda. Dicen las fuentes que ya habría levantado la mano para suceder a quién en algún momento fue señalado como “fiscal carnal” de Silvano Aureoles. El nombre de Ocegueda se ha mencionado de tiempo atrás, entre los tantos rumores sobre la salida de López Solís.
La pregunta que flota en el aire es si el compadrazgo y las amistades pesarán más que la necesidad urgente de reformar una institución plagada de cuestionamientos y acusaciones de corrupción.
Si Adrián López Solís decidiera sólo pedir licencia a su cargo, entonces conforme a lo establecido en la Ley Orgánica de la Fiscalía General del Estado entraría a asumir sus funciones el Fiscal Coordinador, cargo que en estos momentos ocupa Nicolás Maldonado Millán.
Si la salida del actual Fiscal General se concreta vía renuncia al cargo, entonces tendrá que intervenir el Congreso de Michoacán realizando el proceso constitucional para la designación de uno nuevo, y en tanto esto sucede, el Fiscal Coordinador queda como encargado de despacho.
Tanto una licencia como una renuncia del Fiscal deben ser aprobadas por el Poder Legislativo, conforme lo establece el artículo 44 de la Constitución del estado, en su fracción XXXVII.
La intervención del Congreso en caso de una renuncia implicará una mayor operación política desde el Ejecutivo, lo que es previsible no será un proceso terso debido a las tensiones existentes con los partidos del Trabajo y Verde Ecologista debido a los desencuentros por el adelantado proceso del 2027, sin embargo, siempre hay incentivos para persuadir hasta el mas duro de los opositores. Para la elección del Fiscal se precisa mayoría calificada, es decir, el voto de las dos terceras partes del total de los diputados.
Entre impuestos y extorsiones: La lucha de los comerciantes en Puruándiro
Mientras la élite política juega al ajedrez con los puestos de poder, en las calles de Puruándiro la realidad es mucho más cruda. Los pequeños comerciantes, dueños de tiendas de conveniencia, se encuentran atrapados en un fuego cruzado entre los impuestos legítimos y las cuotas del crimen organizado.
Te puede interesar: Campos de exterminio en México
La extorsión, que antes se limitaba principalmente a los agricultores, ahora extiende sus tentáculos hacia el comercio minorista, estrangulando la economía local.
Irónicamente, algunos bromean que la solución podría ser convertir estos negocios en “tiendas del bienestar”, como si cambiar el nombre fuera suficiente para ahuyentar a los criminales.
Pero la realidad es que se necesitan acciones concretas y coordinadas entre los diferentes niveles de gobierno para enfrentar esta crisis. En tanto, tendrán que encomendarse a Dios.