Hace unos días el gobierno de EUA lanzó un ataque con misiles a una base aérea del gobierno sirio, en represalia por qué este último país detonó una serie de armas químicas en la región de Idlib, matando a decenas de civiles a causa de los gases tóxicos que fueron expulsados en esa detonación.
El gobierno sirio señala que esa detonación no fue causada a propósito por la aviación siria, sino que fue un efecto colateral por haber destruido una fábrica de municiones de insurgentes anti gobierno. Pero independientemente de si fue o no accidental la detonación de esas armas, el daño ya fue causado y a su vez eso ha generado diversas reacciones internacionales.
Como ya se mencionó, EUA reaccionó con una respuesta militar ante esta situación, mientras que Rusia, está observando cuáles serán las próximas acciones que tiene pensado tomar el gobierno de Donald Trump, así como el resto de la comunidad internacional.
Desde luego, el ataque con armas químicas ha incrementado la imagen negativa que se tiene del dirigente sirio, Bashar al Assad, respecto al conflicto interno del país que gobierna. De nueva cuenta esto alterará la balanza en la política internacional, tanto del medio oriente como de las grandes potencias. Posiblemente la presión sobre el gobierno sirio, la cual se redujo relativamente el año pasado, se incrementará por parte de organismos internacionales como la ONU para buscar el fin al conflicto que ya lleva más de cinco años azotando a la población de Siria.
Sin embargo queda la incógnita ¿Cuál será el costo de la paz en Siria? Sin duda alguna eso es algo que muy pocos han calculado. La mayoría en Siria y en el resto del mundo, ansía que la paz vuelva lo más pronto posible a esa región. Pero lo que no se ha pensado mucho es sobre los medios que se tomarán para llegar a esa meta.
En Siria se vive una guerra civil en múltiples frentes con distintos bandos, pues decir que únicamente la guerra es entre Al Assad y los rebeldes es la expresión del desconocimiento de la realidad. Para empezar, la oposición al gobierno está completamente fragmentada, operando células rebeldes en diferentes zonas del territorio sirio cada una luchando por su propia cuenta. Originalmente la fracción rebelde más importante era el Ejército Libre Sirio, sin embargo no logró consolidar suficiente apoyo y con el paso de los años se fue fragmentando hasta solo tener un control territorial muy limitado.
Otros bandos relevantes en la guerra son los rebeldes islámicos, aquellos que pretenden derrocar al gobierno sirio actual e instalar un estado basado en las leyes religiosas del Islam. Sin embargo estos grupos son mal vistos por una buena parte de la comunidad internacional, ya que algunos forman parte de grupos terroristas, tales como Al Qaeda o ISIS.
Para empeorar la situación hay también otro factor relevante que desgraciadamente es uno de los principales culpables de que el conflicto sirio no llegue a un fin próximo, y ese factor lo constituyen las grandes potencias permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU (China, EUA, Rusia, Inglaterra y Francia). En este caso particularmente Rusia y EUA están sumamente involucrados en el conflicto, cada uno acorde a sus propios intereses políticos y económicos.
Por un lado EUA tiene interés en contar con un aliado que controle tanto los yacimientos de petróleo y gas sirio, así como también la frontera sirio-iraquí; sin embargo el actual régimen sirio no es afin a EUA, es por esto que el gobierno estadounidense está financiando diferentes grupos insurgentes en territorio sirio, contando con el respaldo político de distintos países europeos tales como Francia e Inglaterra.
Por otro lado Rusia tiene actualmente una gran influencia política en Siria y desde luego está buscando afianzarla, para ello está dando su completo respaldo tanto militar como político al gobierno de Bashar al Assad. Al mismo tiempo Rusia cuenta con el respaldo político de China e Irán.
Para estas dos potencias no es problema continuar financiando a los distintos bandos de la guerra siria, toda vez que los gobiernos de ambos países ven sus respectivos financiamientos como una especie de “inversión política-económica” y por lo tanto, ninguno va a querer ceder fácilmente, ya que de lo contrario “perderían” esa inversión.
Considerando todos estos factores ya mencionados, el fin de la guerra en Siria se ve seriamente condicionado a un “convenio tácito” no solo entre los combatientes sino también entre las grandes potencias pertenecientes al Consejo de Seguridad de la ONU, lo cual podría tardar un tiempo considerable pues siendo realistas, los primeros que tendrían que mostrar disposición de dialogo serían EUA y Rusia, algo que por el momento se ve complicado.
No obstante, es de suma importancia que las diferentes sociedades de la comunidad internacional insistan en ejercer presión en busca de una pronta solución a la guerra en Siria. Desde luego, ésta presión debe estar fundamentada en algún proyecto, o al menos en alguna idea para poner fin a la guerra de una manera realista, tomando en consideración todos los factores que forman parte del conflicto. Sin lugar a dudas el conflicto sirio es atroz, pero éste no podrá terminarse sin un plan efectivo para generar la paz en la región.
Es tiempo para que los detractores de la guerra ya no solo expresen su descontento contra ésta, sino que también empiecen a plantear soluciones reales para conseguir la paz.