Esfera Pública por Christián Gutiérrez
No es difícil entender por qué el exgobernador de Michoacán, Silvano Aureoles Conejo, eclipsa al actual gobernador, Alfredo Ramírez Bedolla.
Silvano está buscando la candidatura del PRD a la Presidencia de la República lo cual, como proyecto, atrae mayores reflectores que la posición de Gobernador de Michoacán que, por el momento, no logra aterrizar los tres proyectos importantes comprometidos por el Presidente López Obrador y por el propio Gobernador Ramírez Bedolla:
a) La federalización de la nómina magisterial.
b) Los edificios del IMSS en Morelia.
c) La infraestructura carretera.
Uno de los problemas del Gobernador actual, es su comunicación política. El que reproduzca el esquema obradorista de “la mañanera” y los autoelogios, no le están funcionando y no le van a funcionar. ¿Por qué?
Comunicación sin acciones, solo es “comunicar” humo que se disipa rápidamente. En realidad, ese suele ser el problema del gobernante populista: piensa que solo discursos dirigidos a los más necesitados, le permitirá conservar el poder por mucho tiempo; pero el populista se olvida de una máxima en la comunicación política: “Podrás engañar a una parte del pueblo, todo tiempo. A todo el pueblo, una parte del tiempo; pero nunca podrás engañar a todo el pueblo, todo el tiempo”.
La comunicación política del Gobernador de Michoacán no está siendo sustentada en acciones reales y eso genera disonancia cognitiva (incongruencia en la mente de las personas). Por supuesto que esto lo aprovecha el zorro político, Silvano Aureoles, que no solo es político, sino que además “lo parece”. Tiene más tablas y el trabajo de muchos años que le permitieron convertirse en Gobernador. Todo eso tiene un peso importante, de ahí que Silvano esté ganando la partida en la comunicación política.
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En realidad, Alfredo Ramírez Bedolla tendría todo para vencer, pero sus asesores han dejado de lado el construirle una buena reputación e imagen de marca. Se concentran en notas espectaculares de coyuntura, que se esfuman en 12 horas, porque no consideran que los periodos de atención del cerebro humano han cambiado.
La neurocomunicación y el neuromarketing político les vendrían bien, sobre todo, entender la mente de los michoacanos; en tanto, Silvano Aureoles con muy poquito, se ve más “interesante”.
*El autor es consultor, tiene estudios de doctorado en Política, de maestría en Comunicación, de maestría en Neuromarket
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