El director de I(dh)eas señaló que es una farsa y una simulación la labor de búsqueda de personas desaparecidas por parte del Ministerio Público
Morelia, Michoacán.- El gobernador de Michoacán, Silvano Aureoles Conejo y sus antecesores al frente del Ejecutivo estatal son cómplices de la desaparición forzada en la entidad, debido a que no han atendido el problema, opinó Juan Carlos Gutiérrez, director general de I(dh)eas, organización especializada en el litigio y el acompañamiento jurídico de víctimas de violaciones a sus derechos humanos.
Durante su participación en el panel académico “La Desaparición Forzada a la Luz de los Derechos Humanos” que se llevó a cabo en la Universidad Latina de América (UNLA), el abogado expresó, “en Michoacán hay que reconocer la complicidad del gobernador, y aquí, Silvano Aureoles es un cómplice de las desapariciones, como lo han sido los gobernadores anteriores que nunca han hecho absolutamente nada, sino fingir que se está buscando”.
Aclaró que la desaparición forzada es un problema que prevalece en México y recordó la frase del poeta Javier Sicilia referente a que “México es una gran fosa común”, e insistió en que “Michoacán no está exento de eso, sin embargo, Michoacán no se ha hecho un trabajo profundo de búsqueda en el terreno porque las condiciones políticas no lo permiten y porque hay una corrupción policial, militar y gubernamental que ha impedido que se avance en la búsqueda de las personas y porque hay una complicidad de todos los gobiernos, incluido la izquierda de este estado que ha impedido que haya una lucha frontal contra la desaparición”.
Criticó que en Michoacán no existe una Ley de Desaparición, un sistema de víctimas, ni un sistema local de búsqueda de personas desaparecidas, y recordó que, en México, “hay miles de casos, cuántos, hay 45 mil casos de acuerdo con el ultimo registro oficial, no sé cuántos casos habrá en Michoacán, pero sería importante tener un dato, una cifra, el otro problema es que ni siquiera hay cifras para poder analizar el fenómeno”.
Señaló que en es una farsa de las instituciones, su labor en la búsqueda de las personas desaparecidas, pues comentó, “no se puede investigar la desaparición desde un escritorio cuando sabemos muchas veces que el amigo, el policía ministerial que está al lado fue el que desapareció a la persona, y el MP sigue llenando oficios, es una farsa absoluta”.
Tras ello, insistió en que “uno de los retos más importantes es asumir esto como un fenómeno que es una crisis nacional; mientras no sigamos pensando que hay una complicidad del estado y que a las personas desaparecidas no merecían que se les desapareciera”.