Por: Christián Gutiérrez
No conozco una sola persona que acepte los impuestos del gobierno; es más, a mí tampoco suelen gustarme, pero tengo argumentos que explican el porqué del malestar que generan, lo cual me ha permitido tenerles menor resistencia.
Hace unos meses, cursé la maestría en Neuromarketing y en la materia de “Bases científicas del neuromarketing”, la profesora -neurocientista de formación y profesión- nos explicó que el cerebro humano trabaja incentivado por diversos estímulos químicos, eléctricos y biológicos; en particular, aprendimos que responde ante dos sistemas, que lo estimulan:
a) Sistema de recompensa: el cerebro humano responde positivamente cuando percibe como recompensa o como regalo algo. Esto explica por qué en las campañas electorales los consumibles tienen tanto éxito.
b) Aversión a la pérdida: el cerebro humano responde negativamente cuando percibe una pérdida. Esto explica por qué al cerebro humano le duele y rechaza los impuestos.
De estos dos sistemas, el más poderoso es el de aversión a la pérdida, por ello la comunicación política debe hacer un gran esfuerzo para revertir un sentimiento de pérdida en el cerebro del ciudadano, como en el caso de los impuestos.
Esto lo traigo a colación, porque hace apenas unas horas el Congreso del Estado de Michoacán entró en el proceso de análisis y dictaminación del Presupuesto de Egresos 2019, que presentó el Poder Ejecutivo, considerando también las actualizaciones que hizo hace un par de días el Gobernador de Michoacán, Silvano Aureoles Conejo.
¿Cómo entender las motivaciones que tuvo el Gobernador y la distribución que hizo del dinero público al presentar el Presupuesto de Egresos 2019?
Me he dado a la tarea de analizar lo que he detectado sobre el tema y quiero compartirles algunas consideraciones.
a) Para entender el tema, debemos partir de un contexto. El Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, presentó su Presupuesto de Egresos 2019 -aprobado ya por el Congreso de la Unión-, el cual considera disminuciones muy importantes para programas que aplicaba Michoacán, en concurrencia con el Gobierno de la República. Se habla de más de 2 mil millones de pesos en merma.
b) Si te quitan dinero desde el Gobierno Federal, qué hacer. Esta es una pregunta obligada para todos los michoacanos. Mi primera respuesta es: lo que se ejerza como gasto público en Michoacán, debe ejercerse de manera eficiente, es decir, hacer más con menos. Ya no es posible tener gobiernos -de cualquier nivel-, con nóminas tan abultadas. Debemos entender que el dinero público que ejercen los gobiernos de México, se está yendo en pagar sueldos, salarios y canonjías sindicales, que solo sirven para mantener el statu quo.
c) Si estás obligado como Gobierno de Michoacán a hacer más con menos, debes iniciar adelgazando el Poder Ejecutivo, pero también, deberían hacerlo todas las estructuras del Poder Público. Aquí me encontré con que el Gobernador, Silvano Aureoles, decidió la eliminación de 184 plazas de puestos de confianza que representan más de 90 millones de pesos en salarios y prestaciones, determinó la extinción de áreas como la Representación del Gobierno de Michoacán en la Ciudad de México, el Centro Estatal de Tecnologías de Información y Comunicaciones, y la Junta Local de Caminos; además, se animó a compactar estructuras administrativas de la Secretaría del Migrante, Comisión de Pesca, Instituto de Ciencia, Tecnología e Innovación, del Consejo Estatal para Prevenir y Eliminar la Discriminación y la Violencia, y la Secretaría Ejecutiva de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes. Esto lo sugerí hace varios años, no solamente al Gobernador Silvano Aureoles, y por fin se llevará a cabo, lo cual es positivo.
d) También aprecio un esfuerzo por continuar con los programas públicos que han resultado efectivos, a decir del propio Gobernador: turismo, cultura, el campo, ciencia, seguridad pública, educación y desarrollo económico, están siendo considerados para ejercitar acciones y programas, lo que equilibrará el descuento que se hizo desde el Gobierno Federal en estos mismos rubros. Esto me agrada, porque responde a una política económica anticíclica, es decir, una que debe aplicarse en momentos de recesión o complejidades económicas. La teoría económica sugiere incrementar el gasto público es acciones prioritarias, lo cual ayuda a frenar la caída o incentivar un nuevo despegue de la economía.
• Y desde luego, el punto más polémico de este Presupuesto de Egresos 2019: “el incremento y aparición de nuevos impuestos, derechos y aprovechamientos”. Se están proponiendo impuestos a la nómina, a los profesionales -cuando facturen más de dos millones de pesos al año-, impuestos a empresas contaminantes, e impuestos al hospedaje. ¿Esto traerá beneficios a los michoacanos? Sí, pues se propone que lo recaudado se destine al fortalecimiento de la estrategia de seguridad, promoción turística y protección al ambiente. Bien, si me preguntan si deseo estos impuestos, derechos o aprovechamientos, mi primera respuesta es no, porque le duele a mi cerebro la pérdida. Sin embargo, también sé que no puedo hacer juicios y tomar decisiones que solo provienen desde mi cerebro instintivo (reptiliano); debo razonar con la parte de mi cerebro llamada neocórtex y comprender que, los impuestos duelen, pero son necesarios en un contexto de complicaciones económicas generadas -en principio-, desde el Gobierno Federal y en segunda instancia, desde un Poder Ejecutivo local que pudo y debió ser más esbelto, tal como ahora se propone.
e) Por último, debo decir que el Presupuesto de Egresos 2019 para Michoacán se acopla a un esquema económico contracíclico, sugerido por el economista John Maynard Keynes, lo cual significa que Michoacán va contra el ciclo económico impuesto desde la Federación y que golpea fuertemente a Michoacán.
¿Qué concluyo? Que la polémica será lo que impere en estas horas, sin duda. Evidentemente los empresarios michoacanos saldrán a oponerse, lo cual es normal, y en ciertos aspectos tienen razón, porque el Gobierno de Lázaro Cárdenas Batel destruyó la confianza de los empresarios, respecto al uso y destino de los impuestos, derechos y aprovechamientos cobrados desde el Poder Público de Michoacán.
Por último, deseo responder a una última cuestión: ¿lo que hace Silvano Aureoles está bien? En mi opinión, sí, en cuanto la necesidad de “hacer algo para evitar que la economía de Michoacán caiga aún más”. Lo acepto, pero también sugiero exigirle que transparente el gasto público, que actúe con honestidad y de frente a los michoacanos. Sólo con este blindaje se podrá comenzar a dar pasos para recuperar la otrora confianza derruida por sus antecesores.
* El autor es: politólogo, neuromercadólogo, abogado y comunicador. Profesor de Teoría del Estado en Universidad La Salle.
@christian_gtz