La veneración al Señor de Araró, una tradición que une a Zinapécuaro en fe y festividad.
Zinapécuaro, Michoacán.- Desde muy temprana hora este miércoles, cientos de familias de la cabecera municipal de Zinapécuaro emprendieron el camino a la tenencia de Araró, cargados con agua y tortas, el sombrero o la gorra para evitar el rayo directo del sol y la petición o el agradecimiento por algún favor recibido, acompañan cada paso de los fieles católicos.
El Señor de Araró en Zinapécuaro
Hoy Zinapécuaro recibe al Señor de Araró, esa imagen de Cristo crucificado hecha de pasta de caña que desde hace cientos de años, llega a la Parroquia de San Pedro y San Pablo. Pero los zinapecuarenses no sólo lo esperan, “van por él”. A las 16:00 horas inicia la celebración eucarística en el santuario de la tenencia, donde un grupo de faroleros (hombres con luminarias naturales o artificiales) ya están listos para custodiar el camino.
Los Cargadores
El llanto de quienes acompañan la imagen del Cristo, considerado por los católicos como una milagrosa, no se esconde en los rostros de quienes encaminan sus pasos al santuario de Araró para despedirla. Decenas de hombres formados en filas esperan ansiosos el turno para llevar en andas la urna de cristal donde la trasladan.
Esta práctica que es exclusiva para varones, lleva en sí una leyenda que dice, el peso de la urna con el Cristo en su interior, es distinto para cada uno de los “cargadores” y es, de acuerdo a sus pecados, a las penas que cargan junto a la imagen. En su mayoría, los hombres que se forman en esa fila para llevar sobre sus hombros al Señor de Araró, lo hacen con una petición de por medio, o por el pago de una “manda” en agradecimiento a los milagros recibidos.
La fiesta del Señor de Araró tiene distintas perspectivas, hay quienes como los cargadores o los faroleros, custodian y cargan la imagen con el fundamento de la fe, porque son católicos y tienen firmes sus creencias religiosas. Para otros, se trata de una ceremonia que hasta cierto punto, se ha convertido en un atractivo turístico que deslumbra a propios y extraños.
La Fiesta Patronal
La quema de grandes cantidades de pólvora es característica de esta fiesta patronal, el tronar de los cohetes es incesante durante el paso del Cristo por todos los sitios que recorre, desde que sale de su santuario y hasta que llega a su descanso en la parroquia de la cabecera municipal. Las luces y bombas de pirotecnia iluminan la noche y dan visibilidad a quienes acompañan al Señor de Araró y caminan detrás de él, como cuidando sus pasos.
Fotos: El Señor de Araró/Zina Te Espera
Las calles se pintan con tapetes de aserrín, se adornan con hierbas y ramas que al ser pisadas, desprenden un olor particular. Entre los techos se forman arcos que engalanan el camino y las mesas con finas telas esperan el descanso del Cristo.
La música de la banda de viento no cesa y los mariachis y los coros entonan cantos de regocijo. Se queman castillos, se ofrecen oraciones y se respira en el pueblo un ambiente festivo, de tranquilidad y felicidad. Son tres días en los que los zinapecuarenses olvidan sus diferencias y se unen en torno al Señor de Araró.