El arzobispo de Morelia lamenta la violencia durante la Semana Santa 2025 en Michoacán, llamando a mantener la esperanza y fe en Cristo resucitado.
Morelia, Michoacán.-El arzobispo coadjuntor de Morelia, José Armando Álvarez Cano, señaló con tristeza la gravedad de la violencia en el país durante Semana Santa 2025, al señalar que el Viernes Santo fue “el día en que más gente ha muerto en un sólo día” en lo que va del año en México.
En su mensaje pascual, esta mañana desde la Catedral de Morelia, Álvarez Cano reflexionó sobre el contraste entre la oscuridad del mundo actual y la luz de la resurrección de Cristo, y llamó este Domingo de Resurrección a mantener la esperanza y la fe en Cristo resucitado.
“Esta Semana Santa ha sido la semana más violenta de todo el año”, lamentó, y añadió que esto refleja “la oscuridad de nuestro mundo” y también “la oscuridad de nuestro corazón”.
El jerarca católico afirmó que la fe en la resurrección debe ser el centro de la vida cristiana y el motor para sostener la esperanza en medio de la adversidad.
“Cristo se levanta en medio de esta oscuridad”, expresó, al recordar el simbolismo del cirio pascual encendido durante la vigilia del sábado, que representa la luz de Cristo brillando entre las tinieblas.
Durante su mensaje, también compartió una anécdota de su experiencia en la prelatura de Huautla, Oaxaca, donde la comunidad mantiene encendida la luz de la Pascua durante todo el año como signo de fe persistente.
“Esa luz de la resurrección permanece con nuestra casa y en nuestra vida”, relató.
Álvarez Cano recordó que para los cristianos la resurrección no es una metáfora, sino el fundamento mismo de su fe.
“San Pablo nos dirá: si Cristo no ha resucitado, vana es nuestra fe”, citó. En ese sentido, rechazó una visión reducida de Jesús como un merop líder social o moral. “¿De qué nos serviría si ese hombre hubiera quedado en el sepulcro?”, cuestionó.
Finalmente, pidió que la celebración de la Pascua no se quede en la superficialidad, sino que inspire una alegría profunda que provenga de “la esperanza y del amor de Dios”.
En medio de un país lacerado por la violencia, insistió en que Cristo resucitado debe ser la guía y consuelo de los creyentes.