Notimex – Las fuerzas armadas están empezando a disgregarse y actualmente el apoyo ya no es igual cuando Maduro asumió en 2013. Al grado de que en el último bimestre hubo diversos rumores de levantamientos, según un reporte del diario La Nación de Argentina.
El régimen de Maduro empezó a poner en práctica una táctica que importa de Cuba: la detención arbitraria y discrecional de un grupo de suboficiales u oficiales de las fuerzas castrenses para instaurar el miedo en el resto de la Armada, señala el diario.
El Ejecutivo de Maduro evidenció tener un absoluto control de la institución militar venezolana durante la crisis de 2017, que produjo la gestación de la Asamblea Nacional Constituyente.
Sin embargo, las especulaciones sobre el malestar ante el violento deterioro de la situación económica, política y social del país llevan crepitando a mediana intensidad, pero de forma creciente, durante las últimas semanas y meses.
La jerarquía militar venezolana tiene un poder gigantesco. Manejan 20 empresas del Estado, aproximadamente el 45 por ciento de los puestos del gabinete y la distribución de los alimentos.
De los coroneles para abajo, ganan el mismo sueldo que el resto de los venezolanos. Por ejemplo, un coronel venezolano gana 25 dólares al mes. No le alcanza para comer más de dos o tres días.
Los rangos inferiores de las Fuerzas Armadas están pasando el mismo hambre que el resto de los venezolanos.
La cúpula está mostrando cierta grieta que proviene de la amenaza de sanciones por parte de otros países como la Unión Europea, Estados Unidos, Suiza, Panamá porque están empezando apuntando contra las cuentas que ellos tienen afuera, indicó la analista de La Nación, Inés Capdevilla.
Al menos nueve oficiales del Ejército venezolano fueron encarcelados en las últimas cuatro semanas por una supuesta conspiración contra el gobierno de Maduro, según varias ONG dedicadas al monitoreo de actividades militares, entre ellas, Control Ciudadano y Justicia Venezolana.
Cuatro de los detenidos son comandantes de alto rango. Al mismo tiempo, el Ejecutivo ha formalizado la expulsión de otros 24 uniformados.
Todos ellos están acusados de traición a la patria instigación a la rebelión y el decoro militar por formar parte de un movimiento clandestino denominado Transición a la Dignidad del Pueblo.
Analistas y periodistas especializados en el sector militar –como la directora de la ONG Rocío San Miguel, y la periodista Sebastiana Barráez– aseguran que detenciones a este nivel “no tienen precedentes” desde el golpe de Estado protagonizado por el propio Hugo Chávez el 4 de febrero de 1992).
Los primeros informes apuntan a que estos oficiales estarían organizando el Movimiento de Transición a la Dignidad del Pueblo.
Aunque son escasos otros indicios concretos de que estos militares participaban en algún intento de conspiración, su discreta detención podría demostrar una importante fractura del apoyo militar al régimen de Maduro.
Sólo este año se ha volcado a los cuarteles a sofocar deslealtades por la vía de la fuerza, apuntando incluso hacia militares retirados que participaron junto al ‘comandante eterno’ en el golpe del 4 de febrero.
Fue así como este mes también fueron apresados el mayor general Miguel Rodríguez Torres, excomandante del Ejército y exministro del Interior de Maduro, y el general Alexis López Ramírez, exsecretario del Consejo de Defensa de la Nación.
Ambos han criticado públicamente la gestión del presidente Maduro y al primero se lo acusó de participar activamente en actividades desestabilizadoras, aunque el Gobierno no reconoció la existencia concreta de un movimiento en su contra
Por otra parte, en menos de tres días, en fecha reciente, dos altos jerarcas del chavismo han reconocido que Venezuela está atravesando por una crisis económica.
A las declaraciones del constituyente Diosdado Cabello del pasado martes de que Venezuela “está quebrada”, se suman ahora las del ministro de Comunicaciones, Jorge Rodríguez.
El funcionario dijo en una entrevista con BBC Mundo que el país “está en presencia de una crisis económica”, pero aseguró que ya se superó lo peor.
“Somos el país menos desigual del continente americano, pero eso no quiere decir que estemos negando que estamos en presencia de una crisis económica (…) Ya salimos de lo peor de la crisis”.a resquebrajarse