Morelia, Michoacán.- Dos Aves Marías y un Padre Nuestro, se escuchaban en las bocas de aquellas mujeres que rezaban para despedir a sus seres queridos, ellos, los que se adelantaron y hoy sólo viven en una fotografía o en un recuerdo, se van al más allá, después de un día de intenso ajetreo.
Las velas y el cempasúchil, era lo más vistoso de aquellos altares que colocados en la Plaza Melchor Ocampo, recordaban a diversos pueblos cercanos a Pátzcuaro y que cada uno, mostraban diferentes rostros.
Héroes de la patria, grandes pensadores, algún familiar cercano, jóvenes muertos por defender causas sociales, eran solo algunos que enmarcaban las fotografías de aquellos altares, que poco a poco, se quedaban vacíos.
Aquellos alumnos de la Preparatoria por Cooperación “Melchor Ocampo”, quienes eran los encargados de haber montado aquellas ofrendas a los difuntos, daban sus últimas explicaciones, después de las once, serían libres y esperarán hasta el siguiente año, para volver a participar en esta actividad.
Los turistas curiosos, aprovechan sus últimos días de estancia y se toman las fotos rodeados de una tradición tan típica de nuestro estado, que no llevarse una imagen, es como no haber venido.
Los chicos dan gracias a todos los asistentes y esperan que las ánimas hayan comido y bebido lo suficiente, porque están listos para dejar libre aquella plaza, esa misma que a diario ve a cientos de morelianos caminar y que fue testigo de uno que otro suceso importante y lamentable.
La noche está por terminar y las velas se apagan, será hasta el 2019, cuando las puertas se abrirán aquellos que han dejado este mundo, para que puedan visitar una vez más sus hogares y a sus seres queridos, pero hasta entonces, descansen en paz.