Morelia, Michoacán.- A sus ocho años de edad, cursa el segundo año en la escuela primaria “Liberación del campesino”, de la comunidad San Agustín del Maíz, del municipio de Copándaro, Michoacán y se sometió a una compleja intervención quirúrgica que le salvó su vida
Desde sus primeros años de vida, caminaba con dificultad, le faltaba la respiración y cursaba palpitaciones irregulares. Le detectaron una cardiopatía congénita del tipo de comunicación interauricular, que es un defecto u orificio en la pared que divide la aurícula izquierda y la aurícula derecha del corazón fetal y que debe cerrarse al nacimiento o a los dos años posteriores.
Como ello no aconteció en el órgano cardíaco del niño, existía la posibilidad de que arribara a la edad adulta con una insuficiencia cardíaca que pondría en peligro su vida, por lo que se procedieron a realizar los estudios respectivos, en el área de hemodinamia, del Hospital Regional de Alta Especialidad (HRAE) del ISSSTE de Morelia.
Siendo beneficiario de su padre, derechohabiente de esta institución, el tratamiento consistía, a decir del jefe del área de cardiología del HRAE del ISSSTE de Morelia, Víctor Hugo Villalón Calderón, en cerrar el defecto interauricular mencionado, de dos formas posibles: intravascular, con la colocación de un dispositivo vía cateterismo desde la vena femoral hasta el corazón o la cirugía “a corazón abierto”.
Por su parte, el cardiólogo intervencionista Guillermo Zavala Ramírez, explicó que una vez que no fue posible el procedimiento intravascular, se decidió efectuar la intervención quirúrgica a “corazón abierto” y la operación se realizó el día 21 de febrero de este año, sin complicaciones ni incidentes en el cierre de la comunicación entre el auricular derecho y el auricular izquierdo, en el corazón del infante.
“El paciente evolucionó en forma satisfactoria, extubado y egresado a domicilio tras cinco días después de la cirugía y sin datos de complicaciones”, dijo el cardiólogo que encabezó al equipo médico que realizó la primera cirugía “a corazón abierto” en un paciente pediátrico, en el Hospital Regional del ISSSTE de Morelia, Michoacán.
El pequeño Santiago, que acudió el viernes pasado a revisión de rutina con los médicos que lo operaron, con evidentes raspones en la cara y moretones en su cuerpo, como muestra de haberse caído de una bicicleta, lo que habla de que juega como un niño completamente sano, agradeció que en el ISSSTE le hayan salvado la vida.
Su señora madre, María Corona Corona, narró que durante la operación se encomendaron, todos los miembros de la familia y los mismos vecinos de San Agustín del Maíz, al “Santo Entierro” de la propia comunidad, para que les “ayudara a que todo saliera bien”.
Con lágrimas en los ojos dijo estar consciente de que en el ISSSTE le devolvieron sano y salvo a su hijo: “Los hijos son los hijos y uno hace hasta lo imposible por ellos, por lo que imagínese usted qué hubiéramos hecho en caso de que no tuviéramos seguridad social y lo que nos habría salido una operación de esas en un hospital privado… pero gracias a los doctores que nos lo devolvieron bien a nuestro hijo”, dijo la madre mientras abrazaba a Santiago.