La Comisión Europea impone infracciones a varios estados por no cumplir con las leyes medioambientales de la UE.
La Comisión Europea ha realizado un análisis en su paquete regular de decisiones sobre infracciones, destacando el incumplimiento de los Estados miembros a sus deberes según el Derecho de la Unión Europea (UE).
Se evaluaron múltiples aspectos que evidencian una aplicación deficiente de las leyes de la UE, afectando tanto a ciudadanos como a empresas.
Durante las evaluaciones realizadas el 25 de julio, se puso especial atención en las normativas de la UE sobre el medio ambiente. Se acusó a varios países de no adherirse a las leyes diseñadas para la protección ambiental y la reducción de la contaminación.
Infracciones Medioambientales para la UE
En el ámbito específico, la Comisión inició infracciones medioambientales enviando cartas de emplazamiento a los Países Bajos, Austria y Eslovenia por no acatar la Directiva marco del agua, que requiere que los estados miembros implementen un conjunto de medidas para cada demarcación hidrográfica para preservar el buen estado de las aguas, incluyendo ríos y lagos.
Italia fue instada a implementar adecuadamente la Directiva marco sobre residuos. Hungría fue criticada por no seguir las normativas sobre la calidad del aire.
Eslovaquia debe asegurar la recolección y tratamiento adecuado de las aguas residuales urbanas, mientras que Austria debe aplicar correctamente la legislación sobre instalaciones de combustión medianas.
Además, Rumania fue incluida en el paquete por no mejorar su gestión de residuos.
Infracciones más Severas
La Comisión llevó a Bélgica ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea por no tomar medidas adecuadas contra la contaminación por nitratos, y a Grecia por deficiencias en la recolección y tratamiento de aguas residuales urbanas.
Francia también será llevada ante el tribunal por no cumplir con la Directiva sobre el agua potable y por no desarrollar planes de acción contra el ruido en todas las aglomeraciones y carreteras principales, conforme lo establece la Directiva sobre el ruido.
Estas acciones reflejan el compromiso de la Comisión Europea con la lucha contra el cambio climático, la descarbonización y la transición hacia una energía más verde, demostrando la seriedad con la que persigue cualquier incumplimiento en estas áreas vitales.