Las Siete Maravillas del Mundo Moderno son lugares dignos de ser visitados al menos una vez en la vida, y uno es en México, ¿lo sabías?
Morelia, Michoacán.- Lugares dignos de ser visitados al menos una vez en la vida, imprescindibles de admirar, son las Siete Maravillas del Mundo Moderno, una de las cuales está en México, ¿lo sabías?
Una lista que data del siglo II antes de Cristo (a. C.), enumeró las Siete Maravillas del Mundo Antiguo: obras arquitectónicas y escultóricas del Mediterráneo y Oriente Próximo, de las cuales, en la actualidad sólo se conserva la Gran Pirámide de Guiza, mientras prevalecen las dudas sobre la existencia real de algunos de estos sitios.
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En consecuencia, en el año 2000 una fundación suiza emitió una campaña para determinar las nuevas Siete Maravillas del Mundo Moderno. Gracias a la votación de más de 90 millones de personas a nivel global, en 2001 fue revelado el listado de las imperdibles:
1. Chichén Itzá, México; 2. Cristo Redentor, Brasil; 3. El Coliseo, Italia; 4. La Gran Muralla, China; 5. Machu Picchu, Perú; 6. Petra, Jordania; y, 7. Taj Mahal, India.
Reconocida como Bien Patrimonio de la Humanidad desde 1988, por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), la zona arqueológica de Chichén Itzá se localiza en el estado mexicano de Yucatán, al sureste del país.
De acuerdo con información del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), era una ciudad maya con influencia tolteca, que se desarrolló entre el 300 a. C. y el 1550 después de Cristo (d. C.). Durante su esplendor, del 700 al 1050 d. C., periodo correspondiente al Clásico Tardío a Posclásico Tardío, albergó 50 mil habitantes: agricultores, constructores, artesanos, gobernantes, artistas y sacerdotes.
El Castillo, su principal edificio, se conoce también como Templo de Quetzalcóatl, y es un monumento al tiempo, porque primariamente simboliza el calendario solar. Fue construido sobre otra estructura idéntica, pero de menor tamaño, que guarda en su interior la escultura de un jaguar, pintada en color rojo y con incrustaciones de jade que simulando sus manchas. Ésta y otras construcciones piramidales altas, de base cuadrada o rectangular, poseen largas escalinatas bordeadas por alfardas robustas.
También hay otros edificios muy antiguos de base circular, como El Observatorio, conocido como El Caracol. Sobre el arduo aplanado del suelo, en diversos estratos, están el Juego de Pelota, los templos de las Grandes Mesas y de los Guerreros, además de las plataformas de Águilas y Jaguares, de Venus y el Tzompantli, donde colocaban los cráneos de las víctimas sacrificadas en rituales.
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Asimismo, en una gran plaza cuadrangular se distribuían el Mercado, además de los templos de las Columnas Esculpidas y de las Pequeñas Mesas.
En los dos equinoccios, la sombra de la serpiente Kukulkán desciende de su templo para fertilizar la tierra, mientras el jaguar rojo, oculto en el Templo de los Guerreros, hace brillar sus manchas de jade.