¡No es la de Guiza, en Egipto! La pirámide y monumento más grande del mundo se encuentra en México, ¿lo sabías?
La pirámide (y monumento) más grande del mundo está en México. Aunque no es la de altura máxima, sí posee mayor volumen que cualquier otra que se conserve hasta nuestros días, y su basamento piramidal también es superior en extensión. Por ello, ostenta el título de Récord Guinness.
Esta instancia, que documenta los mejores resultados y registros en casi cualquier materia, indica que el vestigio arqueológico mexicano en mención mide 54 metros de alto, pero su base cubre un área cercana a las 18.2 hectáreas, con una dimensión estimada de 3.3 millones de metros cúbicos, que rebasa la magnitud física de la pirámide de Guiza (de Keops o de Jufu), de 2.4 millones de metros cúbicos.
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La Gran Pirámide
La Gran Pirámide, cuyo nombre náhuatl es Tlachihualtépetl – “montaña hecha a mano” -, fue dedicada al dios Quetzalcóatl, la Serpiente Emplumada.
Como muchas plataformas de Mesoamérica, no fue creada durante una sola etapa, sino que es el resultado de varias superposiciones que sostuvieron templos en la cima, para elevar los espacios de culto sobre el plano terrestre.
Hoy coronada por el Santuario de la Virgen de los Remedios, se ubica en Cholula de Rivadavia, localidad del municipio de San Andrés Cholula, estado de Puebla. Sobre ella, diversas fuentes señalan que alcanza los 450 metros de ancho.
El antiguo vestigio arqueológico está en el valle poblano-tlaxcalteca, situado en la porción sureste del Altiplano Central, 117 kilómetros al este de la Ciudad de México y a seis kilómetros de la capital de Puebla.
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La superficie que actualmente ocupa la zona arqueológica de Cholula es sólo una pequeña parte de lo que fue la importante ciudad prehispánica, que llegó a rivalizar con Teotihuacán, El Tajín, Monte Albán, Xochicalco y muchas otras.
En noviembre de 1519, cuando el ejército comandado por Hernán Cortés entró a Chollollan, ya era un lugar abandonado y en ruinas desde ocho siglos atrás, que aparentaba ser un pequeño cerro lleno de árboles, tierra y maleza, cuya imagen parcialmente conserva en la actualidad.
Años más tarde, el padre fray Toribio de Benavente, “Motolinia”, descubrió que se trataba de los restos de un antiguo teocalli.
Con información del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y de la revista Arqueología Mexicana.