La etapa de 1998 marcó un hecho sin precedentes en la vida pública e histórica de nuestro país. Los cambios, en esa era, fueron sustanciales y una reconfiguración al sistema político del territorio nacional para abrir el abanico a un nuevo proceso que puso fin al dominante paso del PRI en Zacatecas. De hecho, fue muy relevante lo que fue capaz de lograr Ricardo Monreal, máxime porque contaba con el 5% de respaldo ciudadano en aquel momento cuando lo postuló López Obrador como abanderado de la izquierda en aquella entidad.
No sólo fue capaz de vencer al propio sistema todopoderoso que encabezó Ernesto Zedillo desde la capital del país, sino que se consagró como un político emanado de las luchas democráticas de la izquierda. El senador Ricardo Monreal es un hijo del movimiento progresista, incluso ha dedicado años y años de labor social a la causa que hoy encabeza el presidente López Obrador.
Por ello, la etapa del 1998 ha comenzado a revivir por las propias circunstancias del proceso sucesorio presidencial. Surge, en este instante, una era clave sí hacemos una introspección de lo que se vivió en aquel momento, Ante esas adversidades, Ricardo Monreal ganó la elección en Zacatecas y fue, en aquella coyuntura, uno de los pioneros en conformar una nueva propuesta de gobernabilidad institucional a través del poder.
A raíz de eso su liderazgo creció al grado de consolidarse como precursor del movimiento lopezobradorista con más de 26 años en la lucha democrática del país al lado del ahora presidente. Eso y todo el trabajo que ha logrado- en distintas trincheras- lo han colocado, ahora, en el mejor momento de su carrera política, incluso como un aspirante fuerte para suceder al mandatario federal después de ser considerado, por el partido y por AMLO, como un presidenciable oficial en las filas de Morena lo que significa una mirada al pasado histórico de 1998.
El solo hecho de haber sido capaz de ganar una elección con todas las circunstancias en contra hablan de la sapiencia y capacidad, pero sobre todo de la elocuencia para encarar un proceso de esa naturaleza sin olvidar que, la empatía con la población civil, fue sumamente clave para lograr la hazaña. De hecho, una de sus mayores virtudes es la facilidad de conectar con los distintos sectores. Sabe perfectamente cómo construir una narrativa y, lo mejor de ello, demuestra una solidaridad con todas aquellas causas para fines de desarrollo.
Un claro ejemplo son las reformas constitucionales que ha impulsado desde el legislativo federal siendo, en todo momento, pieza clave del engranaje. Muchos de esos testimonios son los que ahora nutren su aspiración presidencial. Es verdad que no arrancó de la mejor forma pues el presidente Obrador tardó mucho tiempo en reconocerlo oficialmente. Eso, sin duda, fue una barrera que le costó trabajo superar, sin embargo, las condiciones han dado el primer paso y, hoy en día, ha quedado plasmada su incorporación a la lista de presidenciables.
Desde esa perspectiva, falta que las condiciones equitativas se cumplan por indicaciones del presidente. Hasta este momento hay una clara intención, sin embargo, queda tiempo para darnos cuenta sí es una realidad el deseo de equilibrar la contienda.
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Pero la lógica y las condiciones apuntan a que, la elección del 1998, en Zacatecas, puede recobrar vida en el proceso sucesorio presidencial porque las características son un poco similares. El senador Ricardo Monreal viene de atrás, incluso luchando todavía para que se fijen reglas claras y equilibras, asimismo, aún hay un cierto grado de exclusión que, hasta que el presidente lo mencione el Palacio Nacional como lo hace con Claudia, Marcelo y Adán, entonces cambiaría y sí, podemos hablar de pluralidad y democracia.
A raíz de ello, hay una semejanza en los matices de acuerdo con el clima que se está viviendo. Son épocas distintas, no obstante, obtener la candidatura de Morena parece más real y nítido para Ricardo Monreal porque durante el lapso que no fue nombrado por la dirigencia un sector importante del partido nutría su aspiración. De hecho, acumula, en este momento, cerca del 18% de simpatía pero que, en cualquier momento, puede remontar y superar como aquella histórica era de 1998 en Zacatecas. Bajo cualquier condición el senador Ricardo Monreal sabe encarar procesos electorales. Lo ha hecho, incluso, en las peores coyunturas como el ejemplo que citamos de su estado natal donde superó toda expectativa. La realidad es que, esa misma fase, puede repetirse y Monreal llegaría, sin problema, a suceder al presidente Andrés Manuel López Obrador porque la clave ha sido mantenerse con firmeza a pesar del vendaval que padeció. Esa resistencia es, en este momento, cosecha de los frutos que sembró.
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