Abel Vilchis, empleado municipal, retoca en estos momentos la placa conmemorativa a las personas que perdieron la vida el 15 de septiembre de 2008, víctimas de los granadazos; primer atentado terrorista en México, durante el gobierno estatal de Leonel Godoy y federal de Fellipe Calderón.
Los hechos ocurrieron durante la ceremonia del 198 aniversario del “Grito de Independencia”, en pleno centro histórico de la ciudad. Ningún grupo u organización se adjudicó como autor de los atentados, que fueron los primeros de su tipo en la historia de México.
Los ataques consistieron en las detonaciones de dos granadas de fragmentación en dos puntos del centro de la ciudad: en la plaza Melchor Ocampo (a un costado de la catedral de Morelia y casi enfrente del Palacio de Gobierno), y en el cruce de la Avenida Francisco Madero Poniente (la principal arteria vial de la ciudad) y la calle Andrés Quintana Roo. Estas explosiones se produjeron cuando en el área centro de la ciudad (cerrada al tráfico vehicular para la realización del acto), cuando se encontraban reunidas alrededor de 30 mil personas para la ceremonia.
Poco después de las 23:00 horas, tras la última arenga del entonces gobernador Leonel Godoy, se escucharon dos explosiones casi simultáneas entre la multitud, aunque al principio se creyó que se trataba de la explosión accidental de cohetones o petardos, pero minutos después las autoridades empezaron a percatarse de la magnitud del ataque.
Tras el atentado 3 personas fallecieron, pero en la madrugada del 16 de septiembre, cuatro de los heridos graves también se convirtieron en víctimas mortales del acto. El número oficial de heridos ascendió a los 132, entre ellos diversas personas que perdieron las extremidades.