En Público
Por Sergio Torres Delgado
En tanto no implique mayor carga financiera, el secretario de Finanzas y Administración, Luis Navarro García, acaba de dar una buena noticia para aliviar la crítica situación del estado.
Se trata, sin duda, de una noticia positiva ante un horizonte que se ve poco prometedor y muy complejo, especialmente para que el gobierno michoacano provea los servicios públicos que la población requiere, en suficiencia y en calidad, por ejemplo, seguridad pública, salud, educación, combate a la pobreza y caminos, solamente por mencionar algunos casos.
No se trata únicamente de que se cuente con recursos para sostener un aparato burocrático obeso y voraz, que todo lo consuma, sino contar con dinero para atender las necesidades y revertir los rezagos a favor de la población en todo el territorio.
La restructuración sería por casi 20 mil millones de pesos que se tienen como deuda pública, contratados en 15 créditos distintos, y consistiría en negociar el pago a un plazo mayor que el originalmente signado, con el fin de liberar recursos para que el gobierno consiga viabilidad financiera.
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Lo anterior, de acuerdo con la nota publicada por Verónica García Magaña en Post Data el pasado 19 de octubre. Por supuesto que una sola medida no es suficiente, se ocupa de una estrategia integral con diferentes propuestas de solución que, lo hemos reiterado, no se finque únicamente en el aumento de impuestos. En todo caso, que se contrarreste la evasión fiscal y se vea quiénes no están al corriente en dicho tema, recuperación de recursos desviados, etcétera.
Si este espacio ha insistido en terminar con los gastos superfluos, así como los sueldos y las prestaciones insultantes ante las difíciles condiciones de vida de la mayor parte de la población, no es para fastidiar, sino para crear conciencia. Nadie se tiene que dar por ofendido, aunque desgraciadamente hay quienes lo hacen. La idea es que estamos en una coyuntura histórica en la que todos debemos poner de nuestra parte y ceder en algo para que todos ganen, para que gane Michoacán.
El gobernador Alfredo Ramírez Bedolla tiene aún esa calidad moral para, dentro del afán conciliatorio que ha mostrado, llamar a todo el sector público estatal a una gran iniciativa en la que todos reduzcan los excesivos gastos y a que el discurso de la austeridad no se quede en retórica.
Este espacio invita, aunque por ahora parezca una voz en el desierto, a echar a andar una iniciativa de esa naturaleza, por el bienestar de todas y todos, propuesta que también puede comenzar gente de valía que está dentro del Comité de Participación Ciudadana del Sistema Estatal Anticorrupción, como la Mtra. Elizabet Vázquez Bernal, por ejemplo.
Quizás todavía no se dimensione bien del todo el apremio financiero de la entidad frente a las circunstancias reales que viven sus habitantes, conforme a cifras del propio Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) o del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), entre otras fuentes.
En ese balance, quizás resulte saludable aprovechar la reciente coyuntura en el cambio de administraciones estatal y municipales para que el propio gobierno estatal y sus dependencias, así como los ayuntamientos den a conocer públicamente, con datos en la mano, con cuánto recurso en caja recibieron su nueva responsabilidad. Tan simple como decir si recibieron números rojos -déficit- o gozan de saludables números negros -suficiencia presupuestaria-, deuda pública y otros indicadores básicos.
A través del acceso a la información, este espacio hará la invitación a los diferentes sujetos obligados para responder a esa pregunta y, en su momento, se dará a conocer.
Pero, reiteramos, todavía estamos a tiempo para que los titulares de los distintos entes públicos y sus responsables en las áreas administrativo-financieras muestren sensibilidad y se solidaricen con Michoacán, en la presentación de sus proyectos de presupuesto de egresos. Por lo pronto, el ayuntamiento de Morelia y su presidente municipal, Alfonso Martínez Alcázar, ya presumieron que no aumentarán impuestos, lo cual es un signo elogiable ante la caída de la economía debido a la pandemia, sin embargo, habrá que revisar otros muchos rubros.