El pasado 24 de agosto se cumplieron 196 años de la firma de los tratados de Córdoba, ratificados por Agustín de Iturbide y por Juan O´Donojú el último virrey de la entonces Nueva España. Los tratados básicamente señalaban que las autoridades virreinales reconocían la soberanía e independencia de México y gracias a ello, el estado mexicano nació formalmente
Posteriormente, el 27 de septiembre, Iturbide -quién después se convertiría en el primer gobernante independiente de México-, entra junto con Vicente Guerrero a la ciudad de México en el año de 1821, terminando así el proceso de independencia comenzado once años atrás.
Ya son casi dos siglos desde que este importante acontecimiento se suscitó en la historia mexicana, hoy en día esta fecha debiera ser motivo de reflexión y análisis sobre la compleja y problemática situación por la que atravieza el país.
La lucha por la independencia procuró la búsqueda de la igualdad, la libertad y sobre todo el fin de las arbitrariedades por parte de las distintas autoridades que en su momento rigieron sobre el territorio mexicano. No obstante, pareciera ser que aun en estos tiempos, esos objetivos no han sido alcanzados de manera contundente.
Hoy en día más de la mitad de la población en México está dentro de la línea de pobreza, hay un bajo crecimiento económico y existe una enorme crisis de seguridad así como de credibilidad institucional, pues la mayoría de los órganos administrativos tanto federales como estatales han tenido desempeños muy deficientes en los últimos años para resolver problemas de interés público. En tanto que la estructura orgánica-institucional está planificada de una forma en la que no permite contrapesos efectivos frente a actos de autoridad, poniendo en situación desventajosa a los que sufren estos actos administrativos.
Es por todo lo anterior que los mexicanos deben pensar muy bien en qué situación se encuentran y hacia dónde quieren dirigirse. El estado mexicano sigue teniendo en sus principios la búsqueda de la libertad, la igualdad y el respeto a la ley, pero no basta con tenerlos en la teoría ideológica, la sociedad mexicana tiene que también moverse para ver realizados estos valores.
No basta simplemente pedir al gobierno que las cosas cambien, la sociedad debe organizarse, primero para reflexionar en la situación actual y posteriormente para entrar en acción y luchar por ese cambio.
Desgraciadamente la tarea de la mayoría de nuestros héroes patrios aún permanece incompleta, le corresponde a las nuevas generaciones de México concretar en el país estos valores por los que anteriormente se luchó. Pero como ya se mencionó, para generar un estado mexicano que respete y garantice estos principios de libertad, igualdad y justicia, se debe tener no solo una organización sólida como sociedad sino también una visión clara del México al que se quiere llegar.
Probablemente la mayoría de las personas en México están deseando un cambio que ayude a mejorar la situación del país, y sin lugar a dudas eso es algo positivo, pero ahora esas buenas intenciones no deben únicamente quedarse en eso, requieren concretarse en un proyecto que después se lleve a la práctica.
Nuestros héroes nacionales lucharon y dieron su vida para mejorar la situación del país, ahora es tarea de la sociedad mexicana actual consolidar y mantener un proyecto de desarrollo que proponga reencaminar los principios de igualdad, libertad y justicia para las próximas generaciones de mexicanos, para que ellos no tengan que padecer los problemas sociales de hoy.
Hay que siempre tener en cuenta que la responsabilidad de cuidar a México no le corresponde solamente a los héroes históricos o a los políticos en turno, le corresponde también a todos los miembros de la sociedad mexicana, mismos que siempre tienen que estar atentos frente al desarrollo de su país. Si esta aceptación de responsabilidad social no es tomada con seriedad por parte del pueblo mexicano, posiblemente la deplorable situación actual en la que se encuentra el país se prolongará por muchos años más.