Llevó ya muchos años haciendo una reflexión de fin de año, y presentando mis deseos del año que viene. Para mí como seguramente para muchas otras personas, deseamos un mejor 2018. Será en esta la última noche del año de 2017 rodeados de nuestros seres queridos, que evaluaremos este año 2017 que por fin se va.
Fue este año, 2017, un año muy emproblemado para nuestra vida cotidiana; un año marcado por sismos, y por condiciones climáticas que pusieron a prueba el Sistema de Protección Civil y desde luego los mecanismos de solidaridad de la población para atender las problemáticas emergentes que se suscitaron. Así, vimos a los jóvenes preocuparse por sus semejantes y ayudar, pero también leímos en los medios electrónicos como se generaron problemas con la ayuda que llegada a los estados para paliar las necesidades de la población. En muchos casos las ayudas se politizaron.
Por otro lado, vivimos durante el presente año, violencia en todos los sentidos, que ha generado la muerte de hombres y mujeres; de igual manera se ha violentado la dignidad y la libertad de las personas con la fuerza de una violencia que al parecer es imparable, que no la queremos, que no la buscamos, pero que nos oprime de manera permanente.
La violencia de género, no ha podido ser tampoco controlada, y durante el año vimos y leímos las narrativas sobre la muerte de las mujeres en su mayoría a manos de sus parejas sentimentales, seguramente algunas de éstas serán calificadas como violencia feminicida, tal vez otras muertes no; el asunto es cómo equilibramos la asimetría del poder, cómo coadyuvamos a la construcción de las nuevas masculinidades, cómo hacemos para que las mujeres empoderadas se hagan del poder, porque hasta ahora no se ha logrado totalmente.
Por otro lado, la situación financiera del Estado desde hace ya varios años continua siendo frágil y débil; muchos compromisos han tenido que ser pospuestos, pero tal vez el más grave fue la falta de recursos para salir con los compromisos laborales de distintas instituciones públicas y académicas, y que a la fecha se ha resulto parcialmente la problemática, con un saldo grave de más de dos meses sin clases para los alumnos de la UMSNH.
Las necesidades de trabajo para la población continúa siendo una demanda sentida de los padres de familia, y sobre todo de los jóvenes que han tenido que recurrir a distintas estrategias para allegarse de recursos, vinculándose al crimen organizado, al comercio informal, o bien a otros trabajos mal pagados, dejando en muchos casos de lado sus aspiraciones a concluir o iniciar una carrera técnica o universitaria.
El Estado tiene la obligación con promover el respeto al derecho al trabajo, por ello, no se puede caer en el olvido la obligación y la responsabilidad de afrontar la desigualdad y las diferencias sociales, sobre todo tras las consecuencias generadas por la crisis económica que tenemos desde ya hace varios años, y que tanto daño le ha hecho a las familias y que afecta el futuro de los jóvenes.
Si bien, en el camino tenemos que trabajar para fortalecernos sociedad civil y gobierno a través de la gobernanza, debemos de reconocer que no todo ha sido aciertos; por lo contrario continúan situaciones difíciles y complejas que hay que corregir y que requieren del mayor acercamiento de sociedad y gobierno para superarlas. En ello, se requiere de coadyuvar financieramente como lo mandata el marco que regula las Organizaciones de la Sociedad Civil, para que cumplan con sus compromisos de su objeto social.
Sigo pensando en la importancia de que la sociedad debe dialogar entre sí, y con sus autoridades; el dialogo que se desarrolle debe de impulsarse con tolerancia y respeto a las diferencias, Michoacán tiene una cultura diversa y eso nos obliga a no pensar de manera homogénea, por ello, debe incorporar la inclusión de las personas que han sido excluidas socialmente, y que nos permita conceptualmente promover la convivencia y ésta a generar los espacios de paz social.
De manera cotidiana, vemos enfrentamientos o actos de exclusión entre la sociedad y las autoridades, que de entrada generan discordia, incertidumbre, desánimo y pobreza moral, cívica, con los impactos económicos que pudiera generar; no deseamos esta situación para Michoacán, por ello, debemos de trabajar en el diálogo, la tolerancia y respeto a las diferencias.
Me duele cada vez que se habla de la corrupción; que se habla de las mordidas, los sobornos, las prebendas, todo ello, me duele. La corrupción se mantiene como una preocupación social, por lo que consideramos que requiere de acciones para erradicarla, sobre todo si es que los servidores públicos transparentan el gasto público; un acierto fue la aprobación de los Sistemas Nacional y Estatal Anticorrupción, sólo requerimos que se instrumente y permita la evaluación y seguimiento de las funciones públicas.
Amo a Michoacán, llegue hace 35 años y aquí he hecho mi vida, por eso me indigna ver los cambios en el medio ambiente; sigo considerando incorporar a mi lucha social, la defensa del medio ambiente, la lucha contra el cambio climático, toda vez que ambos asuntos no son problemas menores derivado de la dimensión e impacto y riesgos que tienen y que desde luego ya los sentimos y presenciamos. Michoacán debe mantenerse firme en sus compromisos ante el problema que afecta a todo el pleneta y que requiere de soluciones no sólo globales, sino urgentes y con la más amplia participación ciudadana.
Me duele que se paralice mi ciudad, Morelia, quiero una ciudad moderna y atractiva, que cuida el medio ambiente, que me ilusione cada vez que hable de ella. Quiero un Michoacán tranquilo, sereno, pero con mucho movimiento y con las ganas de trascender, de evolucionar y sobre todo de reconocer que vivimos diferentes tiempos.
Yo amo a Michoacán, lo amo sin complejos, estoy orgulloso de él, de todo lo que se ha conseguido porque en el fondo es mérito de todos y todas. Requerimos que cada michoacano y michoacana de su granito de arena para canalizar todas nuestras energías, porque el 2018, sea mucho mejor.
2018, llega en una horas, y debemos seguir construyendo nuestro propio destino como humanidad, como Estado, como Michoacán, porque nos debe quedar claro que la historia sigue su ritmo, no se detiene. Y no estamos en 2018 para temer al futuro sino más bien para crearlo, eso es lo verdaderamente importante, construirlo.
Felicidades para todos y todas, también para las personas que viven en condiciones de vulnerabilidad, para aquellos que se encuentran postrados en la cama de un hospital o atados e sus espacios en sus hogares porque padecen de una discapacidad, para aquellos que viven con una enfermedad crónico degenerativa o infectocontagiosa, para aquellos que viven en las calles y no tendrán como cubrir su cuerpo contra el frio y el hambre.
Para todos y todas. Para aquellos servidores públicos que asumen sus compromisos sociales, para las fuerzas armadas y de seguridad pública y de procuración de justicia que este año estarán trabajando para velar por la seguridad de la población; a los médicos y enfermeras y personal administrativo de los espacios de salud, quienes estarán en guardia para atender problemas de salud, para todos ellos, gracias por permanecer en sus puestos y brindar la atención procedentes a las problemáticas que se presenten.
También para los medios de comunicación, los periodistas y todo el personal que hace posible esta importante labor de comunicar, así como a los luchadores sociales que defienden los derechos humanos, a ellos, también mi cariño y respeto por todo este trabajo permanente que realizan.
|Mi compromiso para 2018, será, seguir impulsando la cultura del respeto a los derechos humanos, así como promover los valores, los principios y las virtudes sociales que promueven el diálogo, la tolerancias, el respeto, la inclusión, así como la convivencia social que nos permita arribar a la paz.