Alejandro Moreno logró la reelección como líder del PRI, generando controversia y acusaciones de ilegalidad
Ciudad de México.- En un hecho sin precedentes en los 95 años de historia del PRI, Alejandro Moreno consiguió la reelección como su dirigente nacional, obteniendo 97% de los votos (440 votos) en las elecciones internas del partido. Esto asegura su liderazgo hasta el año 2028, extendiendo su mandato a nueve años consecutivos, un periodo durante el cual el partido ha enfrentado varias derrotas electorales. Carolina Viggiano continuará en su rol como secretaria general.
Ex-presidentes del PRI como Dulce María Sauri, Pedro Joaquín Coldwell y Enrique Ochoa Reza han criticado duramente esta reelección, describiéndola en un comunicado como un “atraco”, facilitado por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), que permitió a Moreno Cárdenas extender su mandato por cuatro años adicionales.
“Este domingo se ha consumado la farsa; esta reelección es producto de una Asamblea Nacional ilegal, a partir de una reforma ilegal de los Estatutos y de un proceso de elección ilegal, con la que Alejandro Moreno pretende reelegirse y secuestrar el partido histórico de México”, afirmaron.
La reelección de Alejandro Moreno en el PRI
Durante la elección, que se realizó a puerta cerrada y sin transmisión de la jornada electoral hasta el anuncio de los resultados, el número más bajo de consejeros políticos nacionales en la historia del partido eligió a la dirigencia. La fórmula opositora, compuesta por Lorena Piñón y Cuauhtémoc Betanzos, recibió solo ocho votos, con cuatro votos nulos, de un total de 452 consejeros.
Además, Moreno aprovechó la ocasión para anunciar importantes reformas dentro del partido, incluyendo la creación de diversas comisiones que trabajarán en áreas clave como el análisis electoral, la comunicación y el diálogo con la militancia, con el objetivo de revitalizar el partido y mejorar su desempeño electoral.
Los exdirigentes del PRI han expresado su descontento, señalando que la reelección de Moreno representa un “secuestro” del partido por intereses personales y advierten sobre el daño moral y jurídico que esto podría representar para el partido a largo plazo.
El evento también contó con la presencia de observadores internacionales, invitados para verificar la integridad del proceso electoral, destacando la apertura del PRI a la observación global en sus procesos internos.