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Morelia, Michoacán.- En los 67 años de la historia de Monarcas Morelia no había sucedido algo parecido, tal vez ni inimaginable, fue algo dramático, majestuoso y de película. Fue algo sorprendente, pero cierto, tan cierto que hoy el equipo sigue vivo en la Primera División en un hecho histórico, de orgullo, de un verdadero milagro deportivo, digno de contarse.

La fecha: sábado 6 de mayo del 2017, estadio BBVA Bancomer, la casa de los Rayados del Monterrey. Cancha donde nadie de los 17 equipos de la Primera División había podido alcanzar la victoria en todo el torneo, los Rayados tenían una importante racha de 18 partidos sin perder. Morelia se jugaba el descenso, partido de vida o muerte, se jugaba todo en la última fecha 17 del Clausura 2017.

Era el minuto 86 del tiempo corrido, todo parecía sentenciado para los michoacanos. Pero falta aún el milagro, Raúl Ruidíaz lo hizo todo cuando parecía acabado, al 85′ un penal en contra los hundía en la categoría de Liga de Ascenso, esa de los estadios semivacíos, la devaluación del equipo, el demérito de los jugadores, la tristeza de toda una fiel y noble afición, todo estaba a punto de derrumbarse, todo parecía perdido, había tristeza en todo Michoacán, no se podía creer lo que estaba sucediendo, Monarcas ya estaba en el infierno de Liga de Ascenso.

Pero al minuto 90, nació una jugada que cambió, la historia, cambió el guión y dio paso al milagro, los milagros sí existen. Vilchis por la derecha envía centro quemante al área que cabecea no muy bien Sansores que desvía la pelota para que llegara justo al segundo palo el peruano Raúl Ruídiaz que llegó justo a la cita para rematar dentro del área y desatar la locura en un hecho inmortal, un gol único que valió la permanencia de Monarcas Morelia en la Primera División.

Corrió al banderín de esquina, se quitó la camiseta, gritó el gol a todo pulmón, lloró y se abrazó con sus compañeros que por la alegría todos cayeron al suelo en inolvidable festejo. Le cambió la cara a su técnico Roberto Hernández que brincaba de alegría en su área, la locura total: Morelia regresó del infierno a la gloria, Morelia es de Primera y Michoacán lloró de alegría, se consumó el milagro.

Lo que antes eran rostros de desesperación y angustia se convirtieron en sonrisas eternas y gritos desaforados. Todas estas sensaciones indescriptibles fueron obra del gol salvador de un pequeño peruano que se ha erigido como el auténtico héroe.

Gracias a Raúl Ruidíaz Monarcas Morelia volvió a nacer. Raúl Ruidíaz es el nuevo Monarca de Morelia que ha quedado en la inmortalidad.

Y lo hizo posible un centro delantero pequeño en estatura de apenas 1 metro, 69 centímetros, pero gigante de cara al arco. Así es, fue el peruano Raúl Ruidíaz al que le apodan la ‘Pulga’, quien tras la gesta heroica se convirtió en bicampeón de goleo en el futbol mexicano en su primer año, sorprendiendo a propios y extraños. Hoy es el gran monarca.

El peruano de 26  años se convirtió en el jugador más rentable del año en el futbol nacional con 20 goles tras convertirse en bicampeón de goleo, luego de conquistar con 11 anotaciones la corona de mejor romperredes del Apertura 2016 y en el Clausura 2017 logró con 9 goles adjudicarse nuevamente el título.

La historia de la ‘Pulga’

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Pero su historia de quién es Raúl Ruídiaz, pocos la conocen. Lo más que se sabía a su llegada con los michoacanos es que era aquel jugador que usó la mano para clasificar a Perú con una anotación a Brasil en la Copa América del Centenario, es cierto llegó a México con la polémica a cuestas, pero sin crear muchas expectativas entre la afición. Después de todo, Monarcas no es el equipo que se caracterice por grandes contrataciones.

Raúl, cuando era un niño y jugaba en las calles del populoso barrio de Lima de Villa María del Triunfo, sorprendía a todos por tres características: su habilidad con la pelota, su velocidad y su baja estatura. Precisamente esa última particularidad sembraba dudas sobre sus reales posibilidades de convertirse en futbolista profesional y jugar en la posición que más le gustaba: Centro delantero. Sin embargo, Raúl nunca se rindió y al cabo de unos años recibió una oportunidad en el América Cochahuayco que milita en la segunda división del Perú, equipo filial de Universitario de Deportes.

Desde que debutó en la segunda división peruana en 2008, el pequeño Raúl Ruidíaz demostró que era un delantero con futuro. Sin embargo, en ese entonces, el técnico de Universitario de Deportes, Juan Reynoso –ex cruzazulino-, no estaba convencido de depositar su confianza al primer equipo a un atacante de 1 metro con 69 centímetros.

Sin embargo dos dirigentes de Universitario abogaron por Raúl y finalmente Reynoso dio su brazo a torcer. Lo incorporó al primer equipo de ‘U’ a mediados de 2009, cuando Ruidíaz tenía 19 años.

 

El apodo de la ‘Pulga’

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Para Raúl fue complicado el camino, ya que a cuenta gotas le fueron llegando las oportunidades. En esa temporada jugó nueve partidos, marcó tres goles y la prensa especializada empezó a fijarse en él, quienes le remarcaron el apodo que ya se había ganado jugando en la Segunda División: la ‘Pulga’.

Gino Bolatti un comentarista deportivo de la radio peruana, desde chavo lo bautizó a Raúl como la ‘Pulga’ por dejar su picadura de sus goles y por la forma de pinchar la pelota frente al marco y ante al arquero algo muy característico en él.

Ese año alzó su primer título nacional con Universitario de Deportes y su rapidez y regates sorprendieron a Jorge Sampaoli, hoy director técnico de la Selección de Argentina, quien no dudó en llevárselo a la Universidad de Chile, que venía de obtener la Copa Sudamericana 2011. Raúl tuvo un breve paso por el fútbol chileno, pero le bastó para ser recordado por una hinchada que lo vio picar el balón en una tanda de penales frente a Libertad de Paraguay por los cuartos de final de la Copa Libertadores 2012 y cerrar la clasificación, al mismo estilo de Sebastián “Loco” Abreu en el Mundial de Sudáfrica.

 

Su paso por Brasil y retornó a la ‘U’

Sus ocho goles en la Universidad de Chile le permitieron llegar al Curitiba de Brasil, equipo en el cual no contó con muchas oportunidades y terminó regresando al fútbol peruano. En el año 2013 logró un nuevo título nacional con Universitario de Deportes y en 2015 jugó seis meses en el Melgar de Arequipa, pero terminó regresando a la ‘U’ y fue su rendimiento en el año 2016 –siendo uno de los goleadores del Apertura peruano con 10 anotaciones- lo que le permitió ser parte de la selección peruana que disputó la Copa América Centenario en Estados Unidos. El pasaje más recordado de dicho torneo es que no le importó meter un gol con la mano para eliminar al mismísimo Brasil.

https://www.youtube.com/watch?v=6HvGI-4ThZI

 

Su llegada a Monarcas Morelia

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Fue entonces cuando su nombre comenzó a sonar para venir a reforzar a Morelia y en México se conocía muy poco, además su apellido causaba confusión. En ese entonces Roberto Hernández, fungía como Vicepresidente Deportivo de los michoacanos y fue quien depositó la confianza en Raúl para contratarlo en el año futbolístico cuando el conjunto peleaba por salvarse del descenso y que apostó por un goleador que, de la mano del técnico argentino Ricardo Gareca, venía ganándose un espacio en la Selección Peruana.

Raúl no defraudó, pese a todos los incrédulos, al convertirse en el héroe de los michoacanos y de paso en bicampeón de goleo gracias a sus 20 tantos en 34 partidos, incluidos dos hat-trick, ante Pumas UNAM y Santos Laguna y el gol agónico de la salvación frente al Monterrey.

Queda asentado que los grandes jugadores aparecen cuando más se les necesita, cuando el gol, aquel grito sagrado, es el único camino a la salvación y la euforia total de miles de fieles seguidores. Son los goles los que convierten a un delantero en ídolo y más aún si es un gol para salvarse del descenso.

El peruano en el Apertura 2017 con todo merecimiento recibió una placa en su honor que quedó marcada en el estadio Morelos, al ser el primer goleador histórico del club capaz de ganar el título de goleo.

“Es un jugador que a pesar de no ser tan alto, tiene un salto importante al momento de cabecear. Además, con la pelota sabe mucho”, así lo definió su técnico Enrique Meza antes de que dejara el equipo.

Tal vez me equivoque pero Raúl Ruídiaz se puede definir como un gran artillero, gracias a su olfato goleador, valentía, atrevimiento, pero sobretodo frialdad. Raúl Ruidíaz tiene la frialdad necesaria cuando se encuentra en situaciones bastante ‘calientes’ y en las que define con gran tranquilidad y eso tienen un mayor valor, pues cuando las pelotas queman, la ‘Pulga’ con frialdad aparece.

Los Video de sus goles:

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https://www.youtube.com/watch?v=9eS9gNLFx2c

 

Goles en Apertura con Morelia

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Goles en el Clausura con Morelia

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