¿A cuántos no les ha pasado que al ir a una fiesta y ver a una chico o chica que les gusta, les entra las ganas de invitarlo a bailar? Hay quienes son muy aventados y sin ninguna pena se acercan a la persona que les gusta, pero otros son más tímidos y en lo que deliberan lo que van a hacer, otro ya les ganó dejándolos solos en una esquina.
Sí, entendemos que muchas veces la vergüenza nos paraliza, pero no por eso se debe dejar pasar una oportunidad. Para que se den una idea de lo que nos referimos, vean este pequeño corto animado llamado, Invisible:
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