Las torrejas son un postre tradicional de la temporada de Cuaresma en México, que se acostumbra más aún durante Semana Santa. Su preparación es fácil y económica.
Aunque es una receta popular en México, se dice que es originaria de Europa, donde el cocinero francés Guillaume Tirel formuló las “tostadas doradas”, cerca del año 1300. Posteriormente llegó a la Nueva España con la Conquista española.
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Pero ¿por qué suele disfrutarse en Semana Santa? Una teoría cuenta que, en el Viejo Continente, aprovechaban el pan sobrante de la Cuaresma que no podían acompañar con carne en días de vigilia.
El diccionario Larousse Cocina indica que el nombre deriva del verbo castellano “torrar”, que significa “tostar al fuego”.
Y es que, las torrejas, son rebanadas gruesas de pan blanco duro, que se tuestan y rebozan en harina y huevos batidos, para posteriormente freírlas en aceite y finalmente remojarlas en jarabe de piloncillo derretido en agua, con rajas de canela y anís.
La preparación varía según la región de país, y hay lugares donde, inclusive, añaden a la miel algún licor, le agregan clavo y/o le esparcen ajonjolí.
Panindícuaro es un municipio en la región Bajío del estado de Michoacán, en el cual también es tradición y un manjar que anhelan sus migrantes en Estados Unidos. Inclusive, hay panificadoras donde elaboran piezas destinadas especialmente a este postre tradicional de Semana Santa.