El festival de Qi Xi, también conocido como el día del amor en China, se celebra cuando las estrellas Altair y Vega se juntan en el firmamento. Este evento astronómico ocurre solo una vez al año, el séptimo día del séptimo mes lunar del calendario chino, que en nuestro calendario gregoriano sería el 6 o 7 de agosto.
Es la celebración más romántica de este país, pues la población se reune a contemplar el encuentro de dos estrellas: Altair, el pastor de las vacas y Vega, la doncella tejedora. Existen varias versiones de esta leyenda en oriente, hoy te presentamos una de ellas.
Leyenda del arriero y la tejedora
Hace muchos años, un pastor llamado Niulang se encontró en su camino a siete hermosas hadas bañándose en un lago. Como ellas estaban distraídas, tuvo la idea de llevarse sus vestidos y esconderse para observarlas. Las hadas, al darse cuenta de esto, enviaron su hermana menor, Zhinü, a recuperar sus vestimentas.
Zhinü era la más bella de las siete y se dedicaba a tejer nubes en el cielo. También era muy bondadosa y quería mucho a sus hermanas, por eso, aceptó ir en busca de sus vestidos. Caminó por los alrededores hasta que los encontró. El joven pastor, al ver su belleza quedó deslumbrado, le entregó de inmediato los vestidos y le pidió que se casara con él. La hermosa Zhinü no pudo decir que no a la propuesta, porque el joven ya la había visto desnuda, y para ella era muy importante conservar el honor.
Pronto, se casaron. Los días felices vinieron de inmediato, ya que se enamoraron locamente y vivieron contentos su vida de casados, hasta tuvieron hijos.
El castigo
El problema empezó cuando la Diosa del Cielo, al ver una nube mal tejida, se dio cuenta que su hija Zhinü, la mejor tejedora del cielo, no había regresado con sus seis hermanas.
Pero eso no fue lo que desató su furia, sino enterarse que se había casado con un simple mortal, y que de paso, ¡no había sido invitada a la boda! Y bueno, tú sabes de lo que es capaz una madre furiosa, la Diosa del Cielo no se quedó con los brazos cruzados. Lo primero que hizo fue convertir a los amantes en estrellas (Altair y Vega). Después, tomó un alfiler e hizo una abertura en el firmamento, formando un ancho río, para separarlos por siempre. Así fue como se formó la vía láctea, este río blanco que divide a las estrellas Altair y Vega durante casi todo el año.
La estrella Vega que representa a Zhinü, permanece durante todo el año a un lado del río, o sea, la vía lactea, tejiendo tristemente su telar. Mientras Niulang (la estrella Altair) la ve desde lejos y cuida de sus dos hijos.
No creas que es una historia triste, bueno no del todo. Ya que cada año las arrieras se compadecen de estos amantes y se reunen para hacer un puente entre ese inmenso río, y así otorgarles a Niulang y Zhinü una sola noche juntos.
Tradición china
Así que cada año, cuando los amantes se reunen, toda China celebra con ellos. Las chicas solteras hacen una ofrenda al hada Zhinü, generalmente fruta, flores, té y polvo facial, para obtener belleza y conseguir un buen esposo. Los patios y techos de las casas se perfuman con inciensos y se hace un concurso de costura, donde las jovencitas demuestran sus habilidades para tejer. Las parejas jóvenes, ofrecen fruta a Niulang y Zhinü, para que su amor perdure como el de ellos y evitar a los suegros mal intencionados.
¿Cómo ves, te unes a esta celebración tan romántica? No por algo es conocida como el Día del Amor Chino. En Japón esta celebración se llama Tanabata; y cuenta su propia versión de la leyenda del arriero y la tejedora.
Puedes ver más sobre el festival de Qi Xi y la leyenda de las estrellas Altair y Vega, en el siguiente video:
Artículo escrito por Itzel Chávez. Si quieres leer más artículos como éste, entra a nuestra sección en contramuro o a nuestra página web.