Ciudad de México.- Tres de los productos de la canasta básica de los colombianos están pasando ‘las duras y las maduras’ por culpa de los precios que reciben sus agricultores: la papa, el arroz y el café. Y es que los precios de compra y las condiciones comerciales que se dan en estos frentes tienen por el suelo la rentabilidad de dichos cultivos.
Los papicultores se quejan porque al país sigue entrando papa de países europeos 25 por ciento más barata frente al precio que exportan, por ejemplo, al Reino Unido; los arroceros sostienen, por su parte, que hay sobreoferta del cereal, mientras los caficultores denuncian que el valor que se les paga por el saco del grano no compensa los costos de producción.
La semana pasada, durante el congreso gremial realizado en Pueblo Tapao (Quindío), los productores de papa renovaron sus quejas en torno de las importaciones del tubérculo que viene de Europa, pues países como Bélgica, Holanda y Alemania lo venden al Reino Unido un 25 por ciento más costoso; es decir, un caso de ‘dumping’.
La historia ya cumplió un año desde cuando el gremio de los papicultores (Fedepapa) interpuso una denuncia por este comportamiento comercial ilegal de los importadores ante el Ministerio de Comercio.
“Luego de que los importadores se enteraran de las denuncias del gremio ante el Gobierno, dichas importaciones se suspendieron; por eso cayeron a 39.000 toneladas el año pasado”, dijo Germán Palacio, gerente del gremio papero, Fedepapa.
Ahora, si bien esas importaciones son solo el 1,41 por ciento de la producción nacional (papa congelada y procesada), sí son motivo de preocupación en la medida en que se tiene un antecedente: ese comportamiento ilegal (‘dumping’) acabó con la producción chilena (donde toda es importada), pues de 39.000 toneladas que importó ese país en 2009 pasó a 134.000 el año pasado.
Por ahora, los productores, que cosecharon 2,75 millones de toneladas de papa el año pasado, esperan que el Ministerio de Comercio tome medidas ‘antidumping’, en contra de los países de origen de dichas importaciones.
Excedente arrocero
El caso de los arroceros es aún más complejo, pues tiene que ver con el ‘derecho’ que reclaman los países exportadores del grano (como Ecuador) de exigir que Colombia deje entrar un contingente de 87.000 toneladas del cereal, que son parte de los acuerdos logrados en la CAN.
Sin embargo, Colombia y Ecuador padecen del mismo mal y no encuentran solución a la mano: los gobiernos de los dos países impulsaron a sus agricultores a que sembraran más con el fin de tener una mayor oferta, incluso exportable; en Colombia, por ejemplo, se trató del llamado Plan Colombia Siembra.
Tras el éxito de este, en los dos países, lo que faltó fue poner a toda la cadena de acuerdo en cómo se iba a comercializar, cómo se impulsaría un mayor consumo del cereal y cómo se exportaría la producción adicional.
En respuesta a esto, el Ministerio de Agricultura anunció en noviembre pasado el lanzamiento del programa ‘Colombia vende y Colombia comercializa’, para complementar el de ‘Colombia Siembra’; sin embargo, de este poco se sabe de sus acciones.
Así las cosas, el gremio arrocero, Fedearroz, está pidiéndoles a los productores que reduzcan sus áreas de siembra, con el fin de estabilizar la oferta y, de paso, mejorar los precios de compra por parte de la industria molinera.
Por su parte, en respuesta a los reclamos del Gobierno ecuatoriano, a comienzos de este mes, Colombia aprobó la importación de arroz procedente de Ecuador de 10.000 toneladas, mientras los arroceros de ese país pedían que les dejaran exportar a Colombia 30.000 toneladas.
En las cuentas de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC), el país cuenta con inventarios por 818.000 toneladas de arroz blanco, mientras que la cosecha de este primer semestre arrojará alrededor de 405.000 toneladas adicionales, lo que significa un inventario para el semestre de más de 1,2 millones de toneladas, garantizando con la producción nacional el autoabastecimiento hasta septiembre y generando excedentes.
Así, los cultivadores agremiados en Fedearroz llamaron la atención ante el perjuicio que las importaciones ocasionan en la producción arrocera, de la que viven directa e indirectamente más de 500.000 familias.
Por otra parte, este fin de semana se exportó una tonelada de arroz, tipo ‘gourmet’, con destino al mercado canadiense. “Este volumen lo reparten en varios almacenes, se hacen pruebas de culinaria y si les gusta, se haría una exportación de un volumen representativo”, dijo Rafael Hernández, gerente de Fedearroz.El dirigente gremial indicó que esto mismo se hará con Chile y varios países del Caribe que ya avalaron la entrada de arroz colombiano. “Esto puede llevar de uno a tres años”, concluyó Hernández.
Café barato
El caso del café es otro que está preocupando a los productores del país, pues el precio del grano está por debajo de los 750.000 por carga de 125 kilos (dos bultos) establecidos como promedio para todo el país.
“Durante lo corrido de este año hemos estado vendiendo el café por debajo de ese precio; en el 2013 vendimos la carga a un promedio de 813.000 pesos, mientras que este hemos soportado alzas en todos los insumos que requiere la producción del grano, así como en otros gastos administrativos como la mano de obra y los impuestos”, dijo a EL TIEMPO Alejandro Corrales, exmiembro del Comité de Nacional de Cafeteros.
Además, destacó Corrales, que las floraciones dispersas no están asegurando una cosecha futura muy alta. “El Gobierno lo sabe todo y debería estar tomando una medida, pero nadie dice nada”, concluyó el dirigente regional.
Según la Federación Nacional de Cafeteros, el precio internacional cerró ayer en 1,18 dólares por libra para el llamado contrato ‘C’ del grano colombiano, en tanto que la cotización interna está en 723.000 pesos.En ambos casos, las cifras equivalen a un retroceso de dos años, pues a comienzos del primer semestre del 2016 se reportaron datos similares sobre el mercado de este producto.
Lo que afecta el precio del café
El precio internacional del café, hoy en 1,18 dólares, es parte fundamental de la fórmula para el pago del precio interno, que se fija teniendo en cuenta las cotizaciones en la bolsa de Nueva York, para el llamado ‘contrato C’, a lo que se suma la prima por la calidad que se le reconoce al café colombiano frente a los demás del mercado. También se tiene en cuenta la tasa de cambio (el peso colombiano frente