El aspirante, ofreció una fiscalía sin conflictos de interés, sin relaciones directas con partidos, sin miedo y con capacidad y experiencia
Morelia, Michoacán.- Michoacán ocupa la posición número 30 a nivel nacional en tiempo medio para denunciar un delito con 206.59 minutos, el promedio nacional es de 134 minutos. En efectividad en investigación de ambos sistemas está en 23.3 por ciento; en delitos denunciados con inicio de investigación, en 6.2 por ciento y en probabilidad de denuncia y esclarecimiento en 1.46 por ciento.
Así lo afirmó el aspirante a la Fiscalía General de Michoacán, Ignacio Mendoza Jiménez, quien este martes compareció ante las comisiones de Gobernabilidad y Justicia durante 15 minutos, en los que no solo expuso su propuesta para la transición de la Procuraduría General de Justicia del Estado, sino que señaló y criticó algunas de las prácticas que ahí se realizan.
Ejemplo de ello, dijo, son los resultados que colocan a la PGJE en un 48.7 por ciento de efectividad en cumplimiento de órdenes de aprehensión; un 89.67 por ciento en impunidad por delito de homicidio y una confianza de la ciudadanía de apenas 9.4 por ciento.
“La Fiscalía General debe entenderse no solo como una institución dotada de autonomía orgánica y patrimonial, sino también como un organismo que trabaje sobre la garantía de que no habrá injerencia o presiones directas de cualquier poder; se requiere un fiscal sin conflictos de interés, sin vínculos directos de partido, sin miedo, con capacidad y experiencia”, refirió.
Añadió que en su plan te trabajo, habría cambios sustanciales en los que destacó que es necesario garantizar las competencias profesionales de los servidores públicos y tener ministerios públicos que dirijan investigaciones y litiguen. Peritos expertos que trabajen con calidad y saber detectar y corregir los errores y malas prácticas.
Mendoza Jiménez, propuso una Fiscalía itinerante en la que se realizarían tres reuniones semanales en las 10’regiones del Estado, a fin de abatir el rezago en las carpetas de investigación, conocer de primera mano las denuncias y quejas de la población, establecer lazos de colaboración con ayuntamientos y recobrar la confianza de la ciudadanía.
Propuso también modernizar y capacitar al personal para que la Fiscalía tenga “un rostro humano” y al personal de campo, capacitarlo no solo de manera teórica, sino con la práctica de aspectos físicos, sociales y psicológicos.