Foto: Ismael Díaz

A través de un fideicomiso, el Ayuntamiento de Morelia procederá a la privatización de las casonas y monumentos históricos que se ubican en el corazón de la ciudad, para que por medio de la iniciativa privada se restauren aquellos inmuebles que se encuentran al borde del colapso.

La intención del Ayuntamiento, según dijo el gerente del Patrimonio Cultural de Morelia, Gaspar Hernandez Razo, aterriza en conseguir que por medio de la inversión privada, los monumentos que están a punto de desaparecer sean restaurados a la brevedad.

El objetivo del fideicomiso, dijo, se sustenta en promover plataformas para que empresarios establezcan negociaciones con propietarios de monumentos que presenten deterioros, a fin de que el sector privado los compre y restaure.

“Hay tantos edificios que se han dejado caer por falta de recursos y no permiten avance, y ahora lo que buscamos es que realmente se habite el Centro Histórico para que todos los dueños de estos inmuebles puedan generar ese mantenimiento, y sólo lo podemos lograr si de alguna manera entra la iniciativa privada para generar el rescate de muchos inmuebles”.

Y es que Gaspar Hernández recordó que por falta de recursos, una gran cantidad de habitantes del Centro histórico ha evitado brindar mantenimiento a sus propiedades, o simplemente las abandona, por lo que el Ayuntamiento le apostará a que la iniciativa privada adquiera dichos inmuebles, a fin de que se garantice su restauración.

Precisó que la dinámica consistirá en que los empresarios interesados presentes propuestas de compra a los propietarios de los inmuebles deteriorados, para que luego de ello se fije un compromiso de restauración.

Para ello, señaló que el Ayuntamiento se está asesorando con el Gobierno de la Ciudad de México, tomando en cuenta que dicha urbe ya cuenta con interés y experiencia sobre el tema, por lo que a la brevedad se establecerán mesas de trabajo.

Sobre el tema, es importante señalar que de los mil 113 monumentos históricos que están reconocidos por la UNESCO en la capital michoacana, 19 no existen, nueve se han convertido en lotes baldíos y 24 se encuentran en ruinas.

Incluso, en un balance expuesto por la Gerencia del Patrimonio Cultural, se expone que además de los monumentos perdidos, 341 se han convertido en comercios, lo cual se traduce en un 31 por ciento de éstos; 94 están deshabitados que representan el ocho por ciento; 144 están distribuidos entre templos y museos (13%); 474 son de uso habitacional (43%) y cinco están siendo utilizados como estacionamientos públicos.

Bajo este tenor, el Ayuntamiento se ha inclinado por apostarle a la iniciativa privada, lejos de buscar mecanismos de solución para conseguir rescatar el importante número de inmuebles que están a punto de desaparecer por falta de mantenimiento.