Si se detectan a tiempo hay un alto porcentaje de sobrevivencia
Existen dos tipos de cáncer que son los más comunes que se presentan en niños y adolescentes; la Leucemia linfoblástica aguda (LLA) y Leucemia mieloblástica aguda (LMA), las cuales explicaremos brevemente.
Leucemia linfoblástica aguda (LLA)
La LLA es el tipo de cáncer más común en niñas y niños, es el cáncer de los glóbulos blancos linfoides (defensas) en la sangre formada por glóbulos blancos o células de defensa contra infecciones (linfoides y mieloide), glóbulos rojos (llevan la hemoglobina a todo el cuerpo) y las plaquetas (ayudan a la coagulación), que se originan en la médula ósea. Este tipo de cáncer empeora de forma rápida si no se trata a tiempo.
La médula ósea en personas con leucemia, sólo produce glóbulos blancos anormales (linfoides y mieloide) y deja de producir glóbulos rojos y plaquetas, evitando que se combatan las infecciones y provocando sangrados y anemia.
Las células leucémicas pueden diseminarse fuera de la sangre a otras partes del cuerpo, como el sistema nervioso central (cerebro y médula espinal), testículos en los niños.
¿Cuáles son los síntomas?
- Calentura (fiebre) persistente o recurrente sin explicación alguna, es decir, que dure varios días y no ceda a tratamientos comunes.
- Sangrado frecuente de nariz, o de encías al cepillarse los dientes.
- Puntos rojos o morados en la piel (petequias).
- Moretones sin causa o explicación alguna.
- Dolor generalizado de huesos y articulaciones.
- Bolitas (ganglios) en cuello, axilas o ingles, sobre todo si son duros, grandes y sin datos de infección evidente, que no disminuyen con desinflamatorios.
- Crecimiento del hígado y/o bazo.
- Palidez progresiva, fatiga, cansancio o apatía sin causa aparente.
- Pérdida del apetito.
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Leucemia mieloblástica aguda (LMA)
La LMA es un tipo de cáncer en niños y adolescentes que se desarrolla cuando los glóbulos blancos mieloides (defensas) en la sangre (formada por glóbulos blancos o células de defensa contra infecciones (linfoides y mieloide), glóbulos rojos (llevan la hemoglobina a todo el cuerpo) y las plaquetas (ayudan a la coagulación), que se originan en la médula ósea. Este tipo de cáncer empeora de forma rápida si no se trata a tiempo.
La médula ósea en personas con leucemia, sólo produce glóbulos blancos anormales (linfoides y mieloide) y deja de producir glóbulos rojos y plaquetas, evitando que se combatan las infecciones y provocando sangrados y anemia.
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Las células leucémicas pueden diseminarse fuera de la sangre a otras partes del cuerpo, como el sistema nervioso central (cerebro y médula espinal), la piel y las encías. En ocasiones, las células leucémicas forman un tumor sólido que se llama sarcoma granulocítico o cloroma.
¿Cuáles son los síntomas?
- Calentura (fiebre) persistente o recurrente, sin explicación alguna, es decir, que dure varios días y no ceda a tratamientos comunes.
- Sangrado frecuente de nariz, o de encías al cepillarse los dientes.
- Puntos rojos en la piel (petequias).
- Moretones sin causa aparente o explicación alguna.
- Dolor generalizado de huesos y articulaciones sin causa aparente.
- Bolitas (ganglios) en cuello, axilas o ingles, sobre todo si son nódulos duros, grandes y sin datos de infección, que no disminuyen con desinflamatorios.
- Crecimiento del hígado y/o bazo.
- Bultos azul verdosos, que no causan dolor y que suelen aparecer en cabeza, cara y alrededor de los ojos (cloromas).
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Con información de Secretaría de Salud