Los niños, niñas y adolescentes son y serán el interés superior del Estado, esto no es sólo pronunciamiento político afirmativo, es una necesidad que requiere de atender los derechos y libertades de este segmento de población.
Hoy los padres de familia debemos cuidar de nuestros hijos e hijas no sólo con la responsabilidad de los asuntos básicos: la alimentación, la educación, la recreación, la salud, va más allá este encargo, cae en la responsabilidad del modelo electrónico que vivimos, cae en la atención y seguimiento a las redes sociales.
Cada vez que asisto a eventos relacionados con asuntos de menores cursando la educación básica y educación media superior es recurrente la pregunta “¿qué hacemos frente al manejo de las redes sociales de nuestros hijos?”. Yo les explico que el Estado mexicano es responsable del diseño de las normas de privacidad y de trato social que se establezcan para la convivencia de los mexicanos.
No obstante, en el manejo de las redes sociales, un manejo por cierto virtual, las normas sólo llegan a preguntar la mayoría de edad y de página a página las mismas pueden cambiar, y son estas mismas páginas las que visitan los menores.
Los menores buscan el éxito, la belleza, elementos hedonistas que son promovidos por los medios de comunicación, quienes los seducen; frente a ello y para ganar amistades, los menores con frecuencia proporcionan datos personales de ellos, de sus familias, de sus espacios escolares, en fin, información que de manera personal en la realidad física y no virtual tal vez no la proporcionarían. Pese a ello, una vez que esos datos se localizan en las redes sociales, éstos perderán su privacidad y no se sabe quién la está viendo, o bien si ésta será compartida a otras personas.
Los menores piensan en el éxito y ganar amigos, amigas, comparten información, comparten fotos, comparten datos personales, o bien usan datos personales de otros para acosarlos, para discriminarlos y presentar datos con contenidos no apropiados.
Es en este sentido, la importancia que los maestros en el acompañamiento de los padres de familia, deben dar información a sus hijos a efecto de usar las herramientas de privacidad al momento de utilizar las redes sociales, y con ello que puedan decidir si se muestra información como datos, narrativas, fotos, en fin, cualquier otro elemento que son riesgo en el mundo digital. Ninguna información digital es segura y privada, muchas personas la pueden ver y dispersarla.
Hay situaciones en que debemos insistir con nuestros menores, entre ellos el que pueden recibir mensajes de una persona extraña, con intenciones de causar daño; pueden encontrarse con un desconocido después de tratarlo por las redes, pueden recibir acoso de terceros, es difícil saber la edad de las personas con las que se interactúa digitalmente; se pueden exhibir fotos, o bien videos con contenidos que ponen en riesgo la estabilidad emocional de los menores.
Debemos mantener una permanente comunicación con los menores, una comunicación franca, transparente, de confianza y de respeto; debemos acercarnos a conocer más a las amistades cibernéticas de nuestros hijos; estemos al pendiente de que se sube a sus redes y que reciben en sus redes; siempre marque cuál puede ser el hilo fino que divide la dignidad de las personas, y que debemos proteger. Insista en que eviten encontrarse con alguien que sólo conocen virtualmente o por el Internet.
Asesórese con un profesional o pida ayuda a los maestros de sus menores para proporcionar información sobre filtros de edades, programas monitores sobre violencia, revise el historial en Internet, sea cuidadoso de los instrumentos de diálogo o chats que frecuenta, con especial enfoque de aquellos que se hacen en tiempo real o en vivo, también puede acceder a controles de padres en teléfonos y otros instrumentos.
Pregunte, nada es obvio en esto de la era digital. Recuerde, las redes seducen y en ese sentido permiten a través del hedonismo atrapar a los menores, o bien podrían estar expuestos a mecanismos de seducción de las redes de trata de personas.
Informar y fortalecer el derecho a la información de los niños y adolescentes, cuidemos el desarrollo de nuestros hijos.