Argentina.- Lo que debía ser una fiesta para todo el fútbol argentino y sudamericano quedó opacado, una vez más, por la barbarie: el partido de vuelta de la final de la Copa Libertadores se postergó una hora por los incidentes que se registraron en la llegada del micro de Boca al Monumental que dejaron a los jugadores del Xeneize muy afectados.
Cuando el plantel de Guillermo Barros Schelotto se acercaba al estadio, hinchas de River atacaron el ómnibus a piedrazos y la policía reprimió con gases lacrimógenos: como algunas ventanillas estaban rotas por los proyectiles, los gases ingresaron al micro y algunos futbolistas quedaron muy sentidos.
Así fue el ingreso de #Boca al Monumental. “Nos tiraron de todo”, habían dicho los jugadores.pic.twitter.com/DZhCd552nN
— Planeta Boca Juniors (@PlanetaBoca) 24 de noviembre de 2018
“Es un desastre total, los jugadores están heridos, cortados. No están en condiciones de jugar el partido, vamos a hablar con la Conmebol”, aseguró el secretario de Boca, Cristian Gribaudo, en declaraciones a radio La Red.
Desde la dirigencia del club de la Ribera pidieron que los médicos de la Confederación que revisen a los futbolistas, para determinar si el partido puede llevarse a cabo. La posición de Boca es clara: con sus jugadores afectados, no quieren jugarlo.
Tras lo sucedido, Daniel Angelici, Rodolfo D’Onofrio y el presidente de Comebol Alejandro Domínguez se reunieron para determinar los pasos a seguir. Finalmente CONMEBOL determinó que se retrase una hora para dar tiempo a que los afectados se recuperen.
Debido a los hechos sucedidos con el bus del Club Boca Juniors, el partido ha sido postergado hasta las 18:00 horas.
— CONMEBOL.com (@CONMEBOL) 24 de noviembre de 2018