Nos gustan los feos tal vez porque el tipo es millonario (la más simplista de todas), tal vez porque su personalidad es magnética, tal vez porque su pene es enorme.
Supongamos que ya nos atrevimos a preguntarle de frente a una candidata que goza de una pareja no tan…..: “¿Por qué estás tan enamorada de ese feo?” Imaginemos la diversidad de respuestas posibles: psicológicas, científicas, caprichosas o fortuitas. La fórmula the beauty and the beast es una realidad de siempre que algunos atestiguan con incomodidad. Mientras tanto, las chicas guapas en cuestión la pasan súper con sus feos.
1. Relaciones duraderas
El Daily Mail reporta:
Un estudio revela que las mujeres que se casan con hombres más feos que ellas, tienen matrimonios más duraderos que quienes eligen a hombres guapos.
En la misma investigación se menciona que, cuando un hombre tiene una esposa muy guapa, se esfuerza el doble por tratarla bien y complacerla.
Claro que no estamos ante una regla ni nada por el estilo: sólo son los resultados de una encuesta. Pero sirven para adquirir perspectiva.
2. Adoración
Seguramente han escuchado ese consejo de mamá: “Elige a un hombre que te ame más de lo que tú lo amas a él.” Durante la adolescencia, suena terrible, pero tal vez con los años pueda comenzar a cobrar sentido.
A muchas de nosotras nos gusta sentirnos adoradas, y los chicos menos guapos suelen estar más dispuestos a entrar en ese juego, a declarar su amor constantemente y de formas distintas.
3. Inteligencia
Dicen que ellos se enamoran de lo que ven, mientras que nosotras nos enamoramos de lo que escuchamos o leemos, incluso entre líneas. Como dijo María Paz Castillo una vez en su columna:
Si es por un tipo guapo, créeme que las ideas van tan pero tan importante en mi vida, que eso es justamente lo que me fascina de alguien y me hace percibirlo GUAPO, así con mayúsculas. Que tenga una idea tan en su cabeza, que trabaje y se entregue a esa idea, es justamente lo que me trastorna de alguien. Chico, alto, deforme, de una tribu del medio oriente o un ser súper promedio […], me importa un revendo espárrago su pinta. Todo me parece guapo desde esa noción. Y desde aquella, sigo esa frase tan bien dicha en Martín Hache: ‘Hay que follar con las mentes.’
Preferimos mil veces a un buen conversador que a un adonis aburrido.
4. Actitud
En The Telegraph se publicó un estudio con las siguientes conclusiones:
Los hombres guapos logran conquistar a las mujeres con un guiño o una sonrisa, mientras que los menos atractivos recurren a la seguridad y la autoconfianza, con sorprendentes resultados.
Es decir que los feos a veces se muestran más seguros de sí mismos, y eso nos enamora. El estudio menciona que, al saberse menos guapos, adoptan actitudes firmes, que por lo general les funcionan.
5. Seguridad
No hay cuerpo masculino moldeado en el gimnasio que sea comparable con la sensación de dormir en los brazos del otro por las noches. Esa certeza de seguridad, cuando es constante, es preferible al mejor de los acostones con el más guapo de los guapos.
6. Sexo
No digo que los guapos no puedan ser buenos amantes, pero algunos chicos comunes, sin tener cuerpazos ni caras de dioses, son capaces de lograr numeritos impresionantes en la cama: efectos especiales, pirotecnia y demás. Es como si suplieran belleza con talento, con una comprensión integral de lo que necesitamos y nos vuelve locas.
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El tamaño del pene no entra en este punto: no se trata de proporciones sino de inteligencia durante el coito, de seducción y estrategia. El resultado es sexo memorable y significativo.
Habrá mucho que objetar. Pero muchas de nosotras queremos relaciones estables, que nos satisfagan también en el plano intelectual, y sentirnos adoradas de paso. ¿Qué tantos de los guapos existentes pueden darnos todo lo anterior? Desconozco la respuesta, pero seguro que no hay muchos modelos de revista haciendo fila para postularse a adoradores.
Muchos hombres lo dicen abiertamente: quieren mujeres hermosas. Algunas de nosotras también lo decimos abiertamente: queremos hombres devotos.