Donald Trump sin lugar a dudas ha sido uno de los candidatos presidenciales estadounidenses que más polémica ha causado en la historia reciente de los EU; este hombre ha sido criticado duramente por sus posiciones xenófobas, pedantes, cínicas y agresivas respecto a las minorías que viven en los distintos territorios de EUA, particularmente sus ataques actuales van hacia México y los mexicanos. Trump acusa a los migrantes ilegales y al estado mexicano de la actual falta de empleo y salarios bajos que existen en muchas localidades de EUA.
Esto ha generado mucha preocupación en una buena parte de la sociedad tanto mexicana como estadounidense, pues varios consideran que los discursos y las ideas de Trump podrían provocar reacciones violentas contra las minorías mexicanas. Desde luego que la postura de Trump ya generó una reacción de repudio por parte de un amplio sector de la población de México, llegando incluso a promover manifestaciones en contra de la candidatura del magnate. Sin embargo se debe hacer una profunda reflexión sobre esta especie de “indignación social” en contra de Trump.
¿Realmente que hace que la mayoría de los mexicanos conscientes del proceso de campaña electoral en EUA desprecien a Donald Trump? A simple vista podríamos decir que es por la forma en que ha prometido que tratará a nuestros paisanos en el otro lado de la frontera, pues Trump señaló que emprendería una enorme campaña de deportación que supuestamente sacaría a 11 millones de ilegales. Pero realmente es algo que va más allá de eso.
Tanto demócratas como republicanos en EUA siempre han aplicado tácticas de deportación contra ilegales, el régimen de Obama ha deportado a casi 3 millones de migrantes; viéndolo así la postura de Trump no sonaría tan irreal. Realmente las políticas de deportación en EUA no cambiarán ni siquiera con Hilary Clinton al mando, tales deportaciones jamás han provocado manifestaciones como las que se han visto contra Donald Trump. La pregunta entonces continúa ¿Por qué detestamos a Trump?
La respuesta es un poco más pragmática y menos idealista de lo que creemos. La principal razón por la que los mexicanos están consternados por Trump se puede resumir en una simple palabra, economía. Realmente es la economía lo que preocupa con una posible llegada de Trump al poder, más que sus posturas racistas, machistas o discriminatorias, lo que en verdad terminará por impactarnos será la economía.
Imaginemos por un momento que Trump mantiene sus posturas de deportación de migrantes e incluso sigue manteniendo sus discursos agresivos contra las minorías, pero decide mantener el mismo modelo económico de comercio exterior que se encuentra actualmente en el régimen de Obama, es decir, con los tratados internacionales sin tocar y sin criticar a las compañías estadounidenses que operan en México. Muy probablemente si esta fuese una situación real la población mexicana se inmutaría mucho menos, pues incluso ya se tiene la idea de que una parte importante de la sociedad estadounidense es racista y aun así eso no genera tanto repudio.
Son las propuestas económicas de Trump lo que en verdad angustia considerable al pueblo mexicano, pues esas propuestas atacarían a la columna vertebral de nuestra economía. Por ejemplo, Trump propone incrementar aranceles a los productos que provengan de México, así como amonestar a las empresas estadounidenses que produzcan en México e incluso propone también buscar la forma de reducir el envío de remesas de EUA hacia México, y por supuesto sacar a EUA del TLCAN (Tratado de Libre Comercio de América del Norte); cualquiera de estas cuatro propuestas nos afectaría terriblemente, si las cuatro son aplicadas nuestra economía quedaría devastada a corto plazo. Nuestro actual modelo económico en términos prácticos se basa en la exportación de productos de materia prima (petróleo o productos agrícolas) como de productos manufacturados (industria automotriz o textil) hacia EU; la aplicación de las propuestas de Trump tronaría el flujo económico y eso terminaría por generar el cierre de fuentes de empleo así como una enorme devaluación del peso mexicano lo que a su vez se traduciría en el encarecimiento del nivel de vida.
Por lo tanto debe enfatizarse que son más las cuestiones económicas que las sociales las que hacen surgir este rechazo generalizado a Donald Trump en México, ya que al final de cuentas una de las primeras cosas que percibe un ciudadano común en su vida es saber a qué cosas puede tener acceso y a qué cosas no. Si Trump propone políticas que vuelvan que nuestro nivel de vida se haga más caro, y por consiguiente más difícil de mantener, por supuesto que no podrá agradarnos la idea de que sea presidente de EUA, al contrario detestamos la posibilidad de que pueda serlo.
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